Estrés postraumático tras el parto: La cara oculta de la maternidad

En el mundo médico se habla mucho acerca de la depresión postparto, pero hasta ahora se había investigado muy poco al respecto del estrés postraumático después de pasar por el complicado proceso del parto, el cual llega a afectar hasta al 4% de las mujeres. 

Dentro de los síntomas de este trastorno se encuentran: alteraciones en el estado de ánimo, aumento de la ansiedad, problemas para dormir, revisión del momento a través de imágenes vívidas o pesadillas o evasión del recuerdo son las más comunes.

Aunque a las mujeres se les habla del embarazo como “la experiencia más bella”, la realidad es que para muchas madres esta experiencia puede llegar a ser definitiva con respecto a su salud mental y a la decisión de volver a concebir, como lo explica la Asociación Americana de Psiquiatría.

El estrés postraumático después del parto se puede desencadenar en diversos escenarios; entre ellos se encuentran las cesáreas urgentes, extracción manual de la placenta, desgarros perineales graves, separación de la madre e hijo por condiciones médicas, así como el uso de instrumentos obstétricos como espátulas, ventosa o fórceps. 

De acuerdo con “El Financiero”, este trastorno fue analizado recientemente, y fue hasta la década de los 90 cuando se desarrollaron más investigaciones con respecto a este problema de salud que afecta hasta al 4% de las mujeres a nivel mundial a un 19% de las personas que tienen embarazos o condiciones consideradas como de alto riesgo. 

 

¿Cómo se puede prevenir el desarrollo del estrés postraumático después del parto?

Una de las principales implicaciones en la presencia de este trastorno es el hecho de que las mujeres podrían ver afectada la relación que tienen con el bebé; tanto a corto y largo plazo, manifestándose a través del comportamiento infantil o el desarrollo cognitivo en un plano futuro.

Entre las principales alertas del estrés postraumático después del parto se encuentra: la ausencia de la realidad, irritabilidad, pesadillas, desconexión con el bebé e incluso desarrollo de una fobia al embarazo o parto.

Los expertos indican que para prevenir la presencia de este problema de salud mental se deben tomar medidas sencillas e incluso inmediatas como el contacto piel con piel madre-hijo tan pronto como finaliza la labor de parto, la lactancia materna, uso correcto de analgésicos y un documento donde desarrollen los cuidados deseados en el parto.

 

 

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