¡No lo castigues! Cómo hablar con tu hijo si es violento en la escuela
La gran mayoría de veces los niños son amorosos con los demás. Nos da ternura...

La gran mayoría de veces los niños son amorosos con los demás. Nos da ternura cuando tienen gestos de amabilidad y empatía hacia otras personas o animales. Sin embargo, cuando nuestros hijos se enojan, es fácil que pierdan los estribos porque aún están desarrollando su capacidad de autocontrol.
Esto sucede principalmente cuando son pequeños, y es muy posible que lleguen a expresar ese enojo y frustración mediante actos violentos como morder, empujar, golpear o atacar.
Aunque somos conscientes de que los berrinches son necesarios hasta cierto punto para el desarrollo de nuestros niños, hay cosas que podemos hacer para enseñarles qué hacer con sus emociones. No hay necesidad de castigar, aquí te decimos cómo hablar con tu hijo si es violento en la escuela.

La violencia en la escuela no tiene que ser algo común | Fuente: Pexels
Las amenazas no ayudan a nadie
Siempre es mejor reforzar de manera positiva las conductas que se espera de los niños. Tampoco vale decirles frases que no les ayudan como «deja de hacer eso» o «vas a ver». La próxima vez que se enojen, procura que tu pequeño utilice sus palabras para expresarse. Lo que puedes hacer, es mostrar conductas alternativas, como la distracción.
Distracciones saludables
Cuando le enseñas a tus hijos a responder de otra forma, más amable, puede intentar distraerlo o probar otros métodos. No se trata tampoco de que se sienta como un soborno, por ejemplo, cuando le das dulces o un juguete para que se calme. Simplemente se trata de cambiar el foco de atención.
Enseñarle las reglas de la casa
Una de las más grandes responsabilidades de la crianza en general es mostrarle a los niños cuáles son las reglas de la casa. Los niños pequeños quieren tocar y explorar todo lo que les rodea. Si tenemos cosas que pueden lastimarlos o que son muy valiosas para nosotros, lo mejor será guardarlas o ponerlas fuera de su alcance. Crear un espacio de juegos y libros para que el niño pueda estar es una gran alternativa. Es importante llamar la atención del niño inmediatamente cuando haya desobedecido una regla importante.

Es importante distraerlos y cambiar el foco de atención | Fuente: Pexels
Lastimarse no es una opción
Cuando tu hijo esté teniendo discusiones con sus compañeros de juego es necesario que prestes atención. Si el problema es leve, permíteles resolverlo solos. Pero si el conflicto escala y están agrediéndose, es mejor separarlos y mantenerlos así hasta que se hayan calmado. Si la pelea fue violenta, se puede dar por terminado el juego. Es muy importante dejar en claro que no importa quién empezó y enfocar la atención al hecho de que intentar lastimarse no tiene excusa.
Expresarse de otra forma
No se trata de decirles a los niños pequeños que se «controlen», ya que el autocontrol aún lo están desarrollando. Lo que puede hacerse es enseñarles a no patear, golpear o morder cuando estén enojados y mostrarles que pueden expresar sus sentimientos con palabras: «me siento enojado porque….», «no me gustó que me hiciera esto…», «me sentí herido cuando…».

Pongamos a los niños a expresar cómo se sienten | Fuente: Pexels
Resaltar sus méritos
Es importante elogiar a los niños cuando su comportamiento es el deseado, cuando sea amable y gentil. Explicarles que ese comportamiento es de personas «grandes» y que puede aplicar ese comportamiento en lugar de la violencia. Celebrar sus logros hará un efecto muy positivo en tus niños.
Los niños son nuestro espejo
Es importante estar atentos a nuestra propia conducta frente a nuestros hijos. Si nosotros expresamos nuestro enojo con tranquilidad, es probable que los pequeños imiten eso. Nosotros somos los grandes maestros de nuestros hijos. Así que evita gritarles o infundirles miedo, pues crearás comportamientos peores.
Mantenerse firme
Al poner disciplina a nuestros hijos debemos evitar sentirnos culpables. Si los niños perciben tu sentimiento de culpa, es probable que piensen que lo que hicieron estuvo bien y que tú eres «la mala». Es importante que los niños sepan cuándo su comportamiento no es el adecuado, que aprenda a asumir las consecuencias y responsabilidades de sus actos.

Es importante mantenernos firmes al poner disciplina | Fuente: Pexels
Diferencias entre disciplina y castigo
La disciplina es una manera de enseñar y mejorar la relación entre padres e hijos. Cuando estamos frente a la disciplina, elogiamos a nuestros hijos y les damos instrucciones en tono firme, la intención es mejorar su conducta.
Cuando estamos frente al castigo se aplican consecuencias desagradables cuando nuestros hijos hacen algo. Hasta los 3 años los niños no entienden el concepto de castigo. Es mejor poner límites, cuando los ponemos claros, tranquilos y firmes, los niños los entienden.

Primero esperemos a que ellos puedan resolver sus conflictos | Fuente: Pexels
Cuando nuestros niños son muy violentos lo mejor es consultar a un especialista, en casos cuando se les regrese a casa o le prohíban jugar, te ataque o a otros adultos, lesione a otros niños o a sí mismo, dejando moretones, marcas de mordidas, entre otras. Otra señal de alerta es que los episodios violentos son frecuentes.
Recordemos que el proceso puede ser lento, pero se puede tener éxito si se es constante. La mejor forma de corregir el comportamiento agresivo de nuestros hijos es una vida familiar estable, con disciplina firme y amorosa, así como supervisión de tiempo completo durante los primeros 5 años de vida.
¿Qué opinas de este método? ¿Piensas hablar de esta forma con tus hijos si son violentos en la escuela?
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