No, no «ayudas a tu esposa en casa»; debes ser un socio y compañero para ella
Mucho se habla de las responsabilidades divididas dentro un hogar sobre todo cuando ya se...

Mucho se habla de las responsabilidades divididas dentro un hogar sobre todo cuando ya se comparte en una relación de pareja y no es raro escuchar que aún, hoy en día algunos hombres lo toman como «ayudar a sus esposas»; sin embargo en la actualidad decir que ayudas a tu mujer con las labores del hogar no es tan correcto.
Debes recordar que los tiempos han cambiado y que el aseo o la cocina no son actividades exclusivas de las mujeres, pues estas actividades demuestran que tan capaz y autosuficiente eres siendo adulto. En Facebook, una publicación titulada “Yo no ayudo a mi mujer” -publicado en el año 2017- se ha compartido más 43,000 veces, expone esta situación en una conversación entre dos hombres y comienza así:
«Un amigo vino a mi casa a tomar café, nos sentamos y hablamos. En un momento de la conversación le dije: Voy a lavar los platos y vuelvo enseguida. Él me miró como si le hubiera dicho que iba a construir un cohete espacial. Entonces me dijo con admiración, pero un poco perplejo: Me alegra que ayude a su mujer, yo no ayudo porque cuando hago algo mi mujer no me lo agradece. La semana pasada lavé el piso y ni un gracias».
Lo notable de esta primera parte es como puede ser tan extraño que un hombre lave sus propios platos o que una mujer no esté ayudando en estas tareas, además de esperar un agradecimiento por hacerlas.
«Volví a sentarme con él y le expliqué que yo no ayudo a mi esposa. En realidad, mi mujer no necesita ayuda, ella necesita un socio. Soy un socio en casa y por vía de esa sociedad se dividen las funciones, pero no se trata de una ayuda para las tareas de casa. No ayudo a mi esposa a limpiar la casa porque yo también vivo aquí y es necesario que yo también limpie. No ayudo a mi mujer a cocinar porque yo también quiero comer y es necesario que yo también cocine».
¿Eres un hombre independiente o «ayudas a tu esposa en casa» esperando una recompensa?
Y no, no es ayudar, es ser independiente pues si compartes la casa con alguien, es obvio que también debes hacer lo propio para mantenerlo a flote.
Al final, la conversación termina con esto:
«Cuando, por una vez en tu vida, limpias el piso, ¿esperas un premio a la excelencia? ¿Por qué? Nunca te has parado a pensar sobre eso, ¿verdad? ¿Quizá porque te han enseñado que todas las tareas del hogar se hacen sin que tú muevas un dedo?»
A veces olvidamos agradecer por todas las tareas que se hacen en el hogar, por los platos que aparecen limpios mágicamente en la vitrina, por la comida que está a tiempo y mantener la casa en orden.
En general, las mujeres utilizan mucho de este tiempo en la limpieza o mantenimiento del hogar, inclusive se ha hablado de que estas tareas mantienen presas a las mujeres evitando que hagan otros tipos de trabajos remunerados y que se tenga igualdad dentro y fuera del hogar.
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