Comer la piel del pollo es bueno para la salud, la ciencia explica por qué
¿No te ha pasado que al comprar un pollo rostizado para la comida del domingo...

¿No te ha pasado que al comprar un pollo rostizado para la comida del domingo se te antoja tremendamente esa doradita y exquisita piel pero te abstienes de comerla porque dicen que, además de grasosa, es mala para nuestra salud? Pues déjame te informo que la ciencia ha dicho lo contrario.
Mucha gente suele retirar la piel del pollo por el mito de que sus grasa pueden ser algo pesada o dañina y la mayoría solo busca lo magro de la carne del ave, sin embargo, un grupo de científicos ha explicado por qué si debemos comerla y qué beneficios trae a nuestro cuerpo.
Según estudios realizados en la universidad de Harvard, afirman que esta parte del pollo tiene una injustificada mala fama ya que la grasa que contiene no es saturada, o sea que no eleva los niveles de colesterol malo y tampoco es propensa a generar o empeorar problemas cardiovasculares.

(Foto: Pixabay)
Su grasa insaturada es, de hecho, buena para el corazón, ayuda a bajar la presión arterial y regula la producción de hormonas (aunque el pollo comercial del super está lleno de ellas). Y por si tenias la duda, su aporte calórico es relativamente bajo; 213 calorías por cada 100 gr.
Otro de sus beneficios, además del sabor que aporta, es que permite que durante la cocción la carne mantenga cierto nivel de humedad, evitando secarla y dándonos la oportunidad de no agregarle sal, al menos no demasiada. También nos ayuda a ocupar menos aceite a la hora de cocinar ya que la misma grasa natural del pollo puede ser suficiente pero, si se necesita ocupar más para determinado guiso, la piel del pollo actúa como una barrera evitando que grandes cantidades de aceite se integren a la carne.
Cabe destacar que aporta una buena cantidad de omegas 6 y 3, esenciales para el cuidado cardiovascular y funcionales para el cuidado de nuestra piel. Por último pero no menos importante, a la hora de comer provoca en nuestro estómago la sensación de sentirse satisfecho inhibiendo el deseo de querer comer más de lo normal.

(Foto: Pixabay)
Así que la próxima vez que consumas pollo tu éntrale sin miedo, déjale la piel sin remordimiento alguno y disfruta de su rico y peculiar sabor.