En medio de la pandemia por coronavirus es muy importante reforzar algunas acciones para ayudar al organismo; desde una sana alimentación, la práctica de ejercicio, evitar reunirse y usar cubrebocas, aún más importante el consumo de agua. ¿Pero qué pasa cuando esta proviene de las famosas rellenadoras de agua?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en la Ciudad de México hay al menos dos mil purificadoras de este líquido vital, lo más alarmante es que de acuerdo con las autoridades sanitarias en gran parte de las muestras de esta agua se encontraron bacterias coliformes y hasta el 41% de los negocios no cumplen con los estándares oficiales mexicanos.
Las rellenadoras de agua parecen una opción bastante accesible considerando que en algunos centros los precios llegan a ser de menos de 15 pesos, hecho que la pone al alcance de millones de habitantes que prefieren consumir el líquido de esta forma y no a través de las grandes marcas.
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Las purificadoras, un riesgo latente para la sociedad
De acuerdo con un estudio de la Escuela de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional, de 111 muestras recolectadas en diversas purificadoras de la CDMX encontraron evidencia de bacterias coliformes y E.coli; incluso se encontraron microbacterias no tuberculosas hasta en un 30% y en conclusión al menos 1 de cada 3 muestras arrojaron ser el ambiente ideal para «bacterias patógenas oportunistas», ampliamente nocivas para la salud.
En redes sociales cada vez se hace más frecuente la oportunidad de trabajo al colocar una franquicia de purificadora de agua. En el caso de la empresa «Agua Inmaculada», los precios por instalar una de estas rellenadoras asciende a los 46 mil 500 pesos por un equipo completo, mientras que las máquinas de autoservicio cuestan 25 mil pesos. Como una primera inversión parece ser un negocio bastante redituable para los citadinos.
En el 2014 se contempló, de acuerdo con el INEGI que a nivel nacional operaban poco más de 10 mil purificadoras, para este 2021 se considera que la cifra se pudo duplicar e incluso triplicar debido a la demanda y necesidades de la población para mantener el adecuado consumo de este líquido vital.
Ante la pandemia de COVID-19, es mejor extremar precauciones
La misma institución educativa informó que hasta el 50% de los garrafones en donde se vende el agua potable a los habitantes de la CDMX continen residuos fecales que representan un riesgo e importante impacto para el sistema inmune; mismo que es fundamental en estos momentos complicados en los que se disputa una batalla contra el COVID-19.
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“Se estima que alrededor del 50 por ciento del agua que se compra de rellenadoras tiene presencia de bacterias coliformes combinadas con materia fecal que, en medio de la epidemia de COVID-19, puede debilitar el sistema inmunológico, provocar diarreas”, expresó Homer Martínez Salgado, investigador del Hospital Infantil de México.
Entre las consecuencias del consumo de este tipo de agua está la presencia de infecciones bacterianas que van desde leves a las que pueden ser letales debido que no es posible controlar a los microorganismos una vez que entran al organismo. Enfermedades como la fiebre tifoidea, cólera, diarrea, poliomelitis, meningitis o hepatitis pueden surgir por el consumo de este tipo de agua.
Tomando en cuenta que los expertos consideran que es fundamental cuidar de la salud intestinal como mecanismo preventivo ante el coronavirus, es muy importante tener mayor cuidado con respecto a la compra de agua en negocios como las rellenadoras de agua que poco a poco ganan lugar en las grandes ciudades que carecen de este líquido.
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