La espinaca también suele ser llamada “oro verde” y no es casualidad; esta verdura de hoja verde es reconocida por ser uno de los alimentos más saludables debido a sus muchos beneficios para la salud. Sin embargo, muchas veces cometemos algunos errores a la hora de prepararla; por eso aquí te contamos cómo cocinar la espinaca para que no pierda sus propiedades.
En sus largas hojas de tono verde oscuro, podemos encontrar una gran cantidad de antioxidantes naturales, caroteno (precursor de la vitamina A), ácido ascórbico, fósforo, vitamina B1, zinc, proteínas y colina, además de que es una excelente fuente de ácidos grasos Omega -3, vitamina B3, ácido pantoténico y selenio.
Por todo lo anterior, la espinaca ayuda a mantener una buena salud de los ojos, a fortalecer el sistema inmune, reducir la hipertensión, mejorar nuestra piel, retrasar el envejecimiento, mantener la musculatura, reducir el cansancio y la fatiga, y por si fuera poco, al estar compuesta principalmente de agua y contener mucha fibra, es excelente para bajar de peso.
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¿Cocinar la espinaca o comerla cruda?
Todo comienza desde que elegimos nuestras verduras en el mercado. Es importante que escojas la espinaca que NO tenga las hojas amarillentas, arrugadas, golpeadas o maltratadas; deben ser tersas cuando las toques y nunca se deben sentir líquidas.
Para recibir todos los beneficios y propiedades de esta verdura, lo más recomendable es cocinarlas aunque sea ligeramente, ya que de esa manera aprovecharemos mejor el aporte de hierro y calcio; esto se debe a la presencia de ácido oxálico (oxalatos) que impiden una buena asimilación de minerales.
Esto significa que al someter a las espinacas a cualquier forma de cocción, “incrementa” (por así decirlo) la cantidad de nutrientes.
Y si las prefieres crudas para alguna ensalada, también está bien. De cualquier manera ingerirás la mayor parte de sus propiedades.
Tip Viviendo en Casa: Si no vas a consumir pronto tus espinacas, envuélvelas en papel film con algunos agujeros y guárdalas en el refrigerador; si lo haces bien, pueden durar hasta dos semanas. Otra opción es meterlas en un tupper, alternando una capa de servilletas de cocina entre cada capa de hoja de espinaca para que no se ablanden ni pudran. Si las congelas, perderán sus propiedades.
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