El truco para limpiar a profundidad tus sillones con agua y sal
Un hogar acogedor es aquel que se ve bien, se siente bien y que huele...

Un hogar acogedor es aquel que se ve bien, se siente bien y que huele bien. Por eso es que este hack te va a encantar: el mejor truco para limpiar a profundidad tus sillones.
Si un día llegaste y te sentaste en el sofá después de sudar en el gimnasio, si tu lomito suele tomar su siesta justo ahí o si sueles comer papas y palomitas cuando ves una película, sin duda, tus sillones necesitan de una buena intervención.
Sin importar si compraste una sala o si la hiciste con tus propias manos, es completamente natural que, con el paso del tiempo, tu sillón tenga un aroma desagradable. Todo tipo de gérmenes y olores corporales se han apoderado de tu sofá.

La sal es la protagonista de este método | Foto: Pexels
El mejor truco para limpiar a profundidad tus sillones
La sal será la estrella de este método para terminar con los malos olores de tus sillones. Así como es usada en rituales de protección para limpiar la casa de energías negativas, sirve también para limpiar manchas de todo tipo gracias a su función astringente.
Lo que necesitas:
- Agua tibia
- 2 tazas de sal

Retira las fundas y lávalas por separado | Foto: Pixabay
Procedimiento:
Retira las fundas de almohadas, almohadones y las colchonetas de tu sala. Ahora, da la vuelta para proteger el exterior. Ahora, en tu bañera o, incluso, en una alberca inflable, agrega agua tibia y sal. Sumerge las fundas durante una media hora.
Finalmente, completa el lavado en tu lavadora. Agrega un chorro de vinagre blanco en el dispensador de detergente. Acabará de una vez por todas con los pelos de mascota y malos olores de las fundas.

Limpia las colchonetas en seco | Foto: Pexels
Para limpiar los almohadones y las colchonetas, puedes empezar por retirar la suciedad con un cepillo, usar una aspiradora y, finalmente, pasarles un trapo con agua oxigenada o alcohol (apenas humedecido). Deja secar.
Llegar al hogar y disfrutar en un sillón que huele bien no tiene precio.
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