¿Es verdad que frotar las orillas del pepino le quita lo amargo?
Si tú también aprendiste a cocinar con mamá, seguro que la viste cortar las puntas...

Si tú también aprendiste a cocinar con mamá, seguro que la viste cortar las puntas del pepino y crear una espumita blanca con la parte lisa antes de rebanarlo. Es uno de los hacks más populares del hogar, se dice que frotar las orillas del pepino le quita lo amargo, pero ¿es verdad o solo un mito?
Los pepinos son de la familia de las cucurbitáceas y, como su nombre lo dice, contienen cucurbitacinas, un componente amargo para nuestro paladar. Por eso es que tiene sentido la recomendación de las amas de casa.
Además, hay que decir que los pepinos que crecieron bajo condiciones significativas de estrés y los deformes tienden a ser más amargos, así lo confirman algunos botánicos.

Se dice que así es como se evita que la fruta amargue | Foto: Pexels
¿Realmente frotar las orillas del pepino le quita lo amargo?
Las cucurbitacina (que también puede contener el melón) se encuentran en mayores concentraciones en los extremos del pepino, sobre todo en que el que solía unir el pepino al tallo de la planta, por eso es que al eliminar esta zona se evita que esta fruta amargue.
Ahora bien, la única forma de explicar el popular mito es que frotar los extremos cortados con el resto del pepino y eliminar la espumita blanca es una forma de ‘lavarlo’ y deshacernos de cualquier resto de cucurbitacina.

Las mamás dicen que así sabe mucho mejor | Foto: Pexels
Al eliminar sus extremos se minimiza la probabilidad de que aquel componente amargo se riegue por el resto de la fruta, lo cual también se podría conseguir, según otro mito, remojando el pepino en agua con sal.
La recomendación de frotar los extremos no tiene una explicación científica, pero tampoco hace daño. Así que puedes seguir al pie de la letra el mandato de mamá y asegurarte de compartir con tu familia una fruta agradable al paladar.

No hay evidencia científica que soporte el mito | Foto: Pexels
Corta los extremos, frótalos justo como aprendiste a hacerlo, lávalo muy bien y haz rodajitas. Por cierto, déjale la cáscara si quieres aprovechar su alta concentración de fibra.
Y tú, ¿también aplicas en tu hogar este consejo de mamá?
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