Desde pequeños nos lo repitieron hasta el hartazgo, y nosotros obedecimos sin chistar: No se deben poner los codos en la mesa porque es de mala educación. Y punto. Pero, ¿qué hay detrás de esta regla de etiqueta tan universal como antigua?
Si hasta la fecha te preguntas por qué es de mala educación poner los codos en la mesa, no eres el único. De hecho, muchos nos hemos cuestionado lo mismo sin encontrar respuestas sobre la validez de esta regla de etiqueta… hasta ahora.
Como la mayoría de las normas del buen comer, la regla de «no poner los codos en la mesa» tiene un origen verdaderamente antiguo. De hecho, el Libro del Eclesiástico, que forma parte del Antiguo Testamento en la Biblia, advierte sobre este comportamiento y en 1530, el filósofo holandés Erasmo, reiteró la norma en su obra ‘A Handbook on Good Manners for Children’.
Esta norma de etiqueta tiene una verdadera razón para existir | Foto: Freepik
¿Por qué es de mala educación poner los codos en la mesa?
Esta norma tiene un fin práctico, más que estético, pues ayuda a evitar que las personas distraídas o torpes, tengan un accidente y terminen manchando su ropa o la de quienes se encuentran sentados a junto a ellos.
En segundo lugar, si una persona tiene a otros comensales sentados a su lado, poner los codos sobre la mesa impide que esos invitados puedan conversar tranquilamente o hacer contacto visual, según explicó Jodi RR Smith, presidenta de Mannersmith Etiquette Consulting.
Esto sin mencionar que al poner los codos sobre la mesa, inevitablemente te encorvarás, lo cual solía ser un error inconcebible en la aristocracia.
«Este gran enfoque en la postura rígida mientras se está sentado, fue predicado en comidas europeas y americanas y fue un signo de educación refinada» aseguró Thomas P. Farley, experto en etiqueta y fundador de Mister Manners.
En la actualidad, esta regla ya no debería ser tan estricta | Foto: Freepik
¿Sigue aplicando esta regla en pleno siglo XXI?
Los expertos en etiqueta aseguran que las normas se han comenzado a relajar, al menos en este sentido, ya que al dejar los codos fuera de la mesa mientras platicas con alguien puede hacerte lucir rígido o distante y, en esta época, se privilegian las relaciones sociales. Pero ojo, porque inclinarte demasiado hacia adelante, da la apariencia de que eres demasiado indulgente.
«Podemos acordar no poner los codos sobre la mesa mientras comemos y cuando se sirve la comida, pero si no tenemos comida frente a nosotros y nos gustaría tener una conversación agradable, podemos permitirnos tener los codos sobre la mesa» explicó Maryanne Parker, experta en etiqueta.
Recuerda que los buenos modales tienen como objetivo ser cortés con los demás, por lo que el contexto importa para decidir cuándo respetar esta regla y cuándo no.
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