Siempre hemos pensado que el perro es el mejor amigo del hombre, lo asociamos con una mascota fiel y cariñosa; sin embargo, por más increíble que suene, los gatos pueden ser más cercanos a nosotros ya que llegan a establecer un vínculo tan profundo con sus dueños que llegan a copiar sus conductas e incluso a manifestar sus emociones.
La Universidad de Lincoln junto con la Universidad de Nottingham Trent realizó una investigación donde las personalidades de los dueños de gatos pueden influir en su comportamiento, sobre todo la inestabilidad emocional.
Este estudio analizó a 3.000 dueños de gatos en Reino Unido, en el cual evaluaron psicológicamente a los dueños comparando sus resultados con el estilo de vida y carácter de los mininos.
Así puedes saber cómo tu personalidad repercute a tu mascota | Fuente: @Pexels
Estos resultados son muy similares a cómo afecta la personalidad de un padre o madre respecto a sus hijos; ya que actitudes negativas se reflejarán en las actitudes de los niños pues muchas veces las mascotas se vuelven como nuestros hijos.
¿De qué forma ser inestables afecta a los mininos?
Los dueños con niveles más altos de ansiedad y estrés señalaron que sus gatos se comportan nerviosos, temerosos o violentos, sobre todo cuando salen de casa o hay visitas. Además de estas conductas, los gatos presentaron afecciones médicas como insuficiencias renales u obesidad.
Muchas veces, las mascotas se vuelven parte de nuestra familia, así que no es raro que les afecte si estamos pasando por alguna crisis o cambio, es importante mantener un ambiente armonioso.
Sin embargo, los amos de gatos con personalidades positivas, extrovertidas y calmadas contagiaban a sus gatos con comportamientos más amigables, cariñosos y tranquilos, se mostraban felices y más sanos.
Sin duda, los gatos son perfectos si queremos conocernos aún más, además de ser los cómplices y acompañantes perfectos para una vida tranquila.
¿Y los perritos?
De acuerdo con la información, numerosos estudios han llegado a la conclusión de que los perros no solo son capaces de emular la personalidad del dueño, también suelen compartir ciertos rasgos característicos.
“Esperábamos que las personalidades de los perros fueran bastante estables, porque no están sometidos a los enormes cambios en el estilo de vida a los que a veces nos vemos expuestos los seres humanos. Pero en realidad cambian mucho”, explicó a National Geographic el experto William Chopik.
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