Las mujeres que aman cuidar de sus plantas viven más felices y son menos chismosas
Ya sea que tengas algunas macetas en tu casa o que cuentes con un jardín,...
Ya sea que tengas algunas macetas en tu casa o que cuentes con un jardín, si eres de las mujeres que disfruta de cuidar el bienestar de sus plantas, es probable que estés entre las personas más felices que el promedio, según algunos expertos en jardinería.
Además, los especialistas han revelado algunos de los grandes beneficios de la jardinería, entre ellos que te ayuda a sanar el corazón y a confortar tu mente y espíritu; sin mencionar que te mantiene ocupada en cosas más importantes que la vida de los demás, por lo que es probable que tú no seas una de esas personas chismosas.
Quizá es por ello que muchas mujeres y hombres adoren salir a dar un paseo en bicicleta o una caminata al aire libre. Estar rodeado de vida y de los colores vivos de la naturaleza, nos hace sentir bien a los humanos,
De acuerdo con el psicólogo Seth Gillihan del Psychology Today, el cuidar de nuestras plantas o jardines, nos ayuda a entrar en un proceso de sanación que conlleva a la felicidad.
Aprendes a ser tú misma
Aunque no lo creas, tus plantas o jardín, te enseñarán a ser honesta con tus sentimientos. La naturaleza no miente; por ello las plantas te dicen cuando les das poca o demasiada agua, poco sol y saben decir qué necesitan para crecer.
Así, al observarlas, nosotras aprendemos a ser más transparentes y auténticas.
Procesas el cambio
La vida está compuesta de cambios frecuentes e inesperados. Muchas veces nos cuesta trabajo aceptarlos y nos aferramos a lo que pensábamos o queríamos que ocurriera, sin embargo, al igual que las plantas, debemos aprender que el cambio es algo inevitable y no por eso es malo.
Cuando aceptamos los ciclos propios de las plantas, también comprendemos y abrazamos los cambios de la vida.
Encuentras vida en la pérdida
Las pérdidas son el cambio más difícil de aceptar y en el jardín observamos que no solo es parte de la vida, sino que permiten la vida misma, pues las plantas deben marchitarse para convertirse en el alimento de todo aquello que florecerá después.
Recibes amor
Sí, todo jardín se crea con amor, con cuidado, con paciencia, nos permite ver el milagro de la vida, de cómo una semilla puede crear tanto, florecer, fortalecerse, ver el amor de esa forma tan palpable es otra forma de sanar y de entender lo que esa fuerza hace en nosotras mismas.
Información de Psychology Today.
