Todas las que crecimos cerca de nuestros abuelos, sabemos que sus enseñanzas valen oro y que el amor incondicional que recibimos de ellos nos puede convertir en mejor guías para nuestros hijos.
Una abuela sabe bien cómo curar un corazón roto, conoce la fórmula para que los niños, hasta los más tercos, coman frutas y verduras y, además, son expertas en contar cuentos para dormir. Esto y más es lo que aprendí de mi abuela.
Mi ‘abue’ me enseño que cuidar de mí es cuidar de quienes más quiero, ella aseguraba que los bebés sienten la tristeza, aún en el vientre de su madre. Nunca me prohibió llorar, pero decía que la melancolía había que sentirla y, luego, dejarla ir.
De mi abuela aprendí a darle a los niños el tiempo y la atención que merecen | Foto: Pexels
Lo que mi abuela me enseñó sobre criar niños
- La humildad es una virtud. Mi abuela era sabia, pero también aceptaba que había mucho por aprender. Siempre tuvo la capacidad de reconocer sus limitaciones y me mostró que el puente más corto entre dos corazones aparece cuando somos capaces de ofrecer disculpas, también a los más pequeños.
- La importancia de los abuelos en la familia. Con un delicioso platillo o con sus mejores anécdotas, la abuela reunía a todos alrededor de la mesa. Entonces, entendí que no hay mejor regalo que pueda hacer a mis hijos que fomentar la relación con sus abuelos. Es clave para su desarrollo.
- Las ‘malas’ palabras no son necesarias (por lo menos no frente a los niños). Era tan educada y culta que solía ser firme y poner límites sin decir una sola ‘mala’ palabra. Y aunque por mucho tiempo pensé que mi forma de hablar daba igual, el día que escuché a uno de mis pequeños decir una ‘palabrota’, entendí que nuestro ejemplo es muy poderoso.
Las abuelas nos enseñan a vivir más plenamente | Foto: Pexels
- La intención es lo que importa. Cuando uno de tus hijos te regalé emocionado una hoja llena de garabatos, recíbela con gusto y agradece como si se tratara de la joya más valiosa, porque en realidad lo es. Ridiculizar a un pequeño por haber ‘pintarrajeado’ un pedazo de papel es dañarlo de por vida.
- ‘Nunca olvides de dónde vienes’. Mi abuela solía contarnos la historia de la familia una y otra vez y no entendía muy bien el por qué, ahora todo hace sentido. Conocer nuestro origen nos fortalece, nos hace grandes frente a la adversidad y nos recuerda que siempre hay un sitio al cual regresar: el hogar.
No dejes de lado los consejos de tu abuela, te harán crecer como mamá | Foto: Pexels
- ‘No te compares’. Y entendí que jamás debía presumir a uno de mis pequeños frente al otro o decir frases como ‘aprende a tu hermano’, eso crea rivalidades y afecta su autoconfianza de una forma casi irreparable. Mi abuela tenía siempre tiempo y cariño para cada uno de sus nietos, nos enseñó que somos únicos.
- ‘Cómete esa galleta’. No quiere decir que debamos decirle ‘sí’ a todo lo que se nos antoja, pero darnos un gusto de vez en cuando no es malo, todo lo contrario. Y debemos hacerlo sin culpa. Entendí la importancia de enseñar a mis hijas a amar su cuerpo y a tener una sana relación con la comida.
Una sana relación con la comida es la base la autoestima | Foto: Pexels
Estoy segura de que las enseñanzas de mi abuela van a perdurar, pues todos los que la conocimos seguiremos contando sus historias y recordando su capacidad de sonreír, aún en los días malos.
Si tu también creciste con tus abuelos, comparte lo que aprendiste de ellos con tus hijos. ¡Te lo van a agradecer!
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