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Cómo criar un hijo que será un hombre feliz y no un macho más

consejos para criar a un hombre feliz

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Sin duda uno de los momentos más hermosos en la vida de una mujer que anhela la maternidad es el saber que en su interior crece un bebé. Indirectamente, el reto es aún mayor cuando se trata de la llegada de un niño, ¿la razón? El mundo en la actualidad ya no necesita más machismo y solo necesitas tener un hijo que más adelante será un hombre feliz. Por eso, entre los consejos para padres más importantes, destaca cómo criar a un niño fuerte que no caerá en estas actitudes.

Deshacerse de ideas preestablecidas, micromachismos, acciones que desde la primera infancia pueden repercutir en violencia de género cuando sean adultos. Todos estos factores hacen que la labor de crianza se convierta en algo mucho más complicado cuando se trata de criar niños felices, empáticos y respetuosos.

Criar un hombre feliz también está relacionado con permitirle ser uno con el mundo. Atrás quedaron esos pensamientos retrógradas en los que a los pequeños no se les permite llorar o expresar sus emociones porque «eso es de débiles». Ahora más que nunca es importante entender que hay una vida más allá del machismo.

“Estoy contenta de que hayamos comenzado a criar a nuestras hijas más como a nuestros hijos, pero no funcionará hasta que criemos a nuestros hijos más como a nuestras hijas”, dijo hace un tiempo en entrevista para The New York Times la escritora Gloria Steinem.

 

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Criar un hombre feliz dejando atrás las viejas formas de pensar

Un hombre feliz será aquel que pueda relacionarse con su entorno sin tener ínfulas de superioridad, sin creer que todos están a su servicio o esperando sus órdenes. Un pequeño pleno y consciente será aquel que tenga la capacidad de expresarse lejos de la violencia, de los insultos, de denigrar a las mujeres por su género.

Un niño sano mental y emocionalmente será capaz de expresarse sin creer que debe cumplir con ciertas reglas para encajar. No debe ser fuerte todo el tiempo, tampoco debe ser un as en el deporte; mucho menos debe encajar con esa idea machista de ser el proveedor o llevar una responsabilidad tan grande sobre sus hombros cuando es una misión compartida.

Es importante criar a la siguiente generación de hombres que no hacen la guerra y prefieren la paz, aquellos que hombro con hombro son capaces de construir con los seres que le rodean. Que no pasan por encima, que son capaces de controlarse, de frenar la violencia de género, de alejarse de las armas o las drogas porque en su vida recibieron buenas bases.

 

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Alejarse del machismo hará del mundo un lugar mejor

Un primer paso en esta misión que requiere de mucha labor de autodescubrimiento y de romper con los dogmas relacionados con la crianza de un hombre es el de asumir que los niños pueden hacer exactamente los mismo roles que una niña. Jugar con muñecas, vestir de rosa, jugar a ser enfermeros o chefs, lavar, planchar, ayudar a las labores del hogar.

Para criar un hijo feliz también hay que acabar con esa falsa creencia de que el hombre debe ser el protector de loas mujeres, ellos no son los responsables y se les debe quitar este peso de encima que le pone sobre sus hombros desde pequeños. Tampoco son violentos por naturaleza y poseen sentimientos.

Un pequeño que no es macho sabrá aceptar sus errores, comprenderá que no siempre tiene la razón, asumirá que en ocasiones será interrumpido y hasta superado por una mujer. Sabrá que ellas también juegas futbol y lo hacen tan bien como ellos, no creerán en la insufrible guerra de los sexos, pero sí en la igualdad.

A todas esas madres que tendrán hijos pronto, hay que dar el primer paso en erradicar esa idea de que los hombres deben demostrar todo el tiempo «que son muy hombres» buscando la validación a través de la violencia.

 

 

 

Con información de Semana y The New York Times

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