¿Cómo no pelear con mi hija adolescente? Tips de expertos
Es muy común que conforme las hijas van llegando a la adolescencia, las peleas con...

Es muy común que conforme las hijas van llegando a la adolescencia, las peleas con sus mamás se convierten en algo mucho más frecuente. Si bien es muy probable que las discusiones continúen a lo largo de los años y por diferentes motivos, hay una serie de acciones que como madre puedes aplicar para evitar decir cosas que puedan dañar la relación entre ustedes a largo plazo.
En su libro En realidad no me conoces, la psicóloga Terri Apter da una serie de recomendaciones para evitar pelear tanto con tu hija adolescente, las cuales enlistamos a continuación:
Deja de gritar y culpar a tu hija. Trata de ver el problema objetivamente, desde los dos puntos de vista. Es importante que analices tus reacciones cuando empiecen a discutir e intenta escucharte, de esta forma descubrirás qué tan seguido usas tu autoridad para obligarle a hacer cosas, evades una pregunta o menosprecias los argumentos de tu hija.

¿Cuáles son las principales peleas con hijas adolescentes? | Fuente: Freepik
Evita darle demasiada importancia a la “actitud” o “falta de respeto” que muestra al tratar un asunto con ella. Permítele que salga de la habitación o que haga una mueca y azote la puerta, quizá es una forma de controlar su enojo. Esto no significa que no te respete o que te odie.
Otros consejos: ¿Cómo dejar de pelear con mi hija adolescente?
No intentes arreglar las cosas cuando aún estás enojada, es probable que tu cólera estalle de nuevo cuando algo salga mal al momento de intentar remediar el problema. Recuerda que la forma en que manejes tu enojo será decisiva para la solución del conflicto.
Cuando hables de lo sucedido con ella, deja a un lado los insultos que ambas dijeron y pide disculpas si tus palabras fueron hirientes. Evita relacionar la disculpa con la derrota. “Perdón por haberte molestado” es diferente a decir “Perdón: estaba equivocada”.
Trata de no ver la reconciliación como una forma de comprobar tus argumentos. Habla con voz suave y evita los movimientos bruscos de manos ya que pueden parecer agresivos. Mantenlos a un nivel mínimo.
Reconoce los avances de tu hija, trabajen juntas
Cuando tu hija parezca tranquila, intenta una aproximación física. Si no puedes acariciarla o hacer contacto con ella, mantente cerca, pero evita tocarla. Si ella es honesta y abierta, reconócelo. A veces el mejor premio es aceptar la opinión de una hija y decirle algo como: “Me dio gusto que hayas dicho eso”.
Antes de pelear con tu hija explica las razones de tu enojo, concéntrate en esto. Si ella te amenaza, interrumpe la discusión, pero no formules contra amenazas, pues son ejemplos de control por dolor que conducen a la intensificación de las hostilidades.
Muchas veces las relaciones con los hijos no son fáciles, pero es importante buscar la forma de acercarte a ellos y evitar que los conflictos dañen el vínculo entre ustedes. Recuerda que lo más importante es escuchar a tu hija, pues alguna vez tú también fuiste adolescente.
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