Decir groserías enfrente de tu bebé podría afectar su vida social a futuro
Conforma pasan los años, las groserías y malas palabras van tomando mucha menos seriedad, por...

Conforma pasan los años, las groserías y malas palabras van tomando mucha menos seriedad, por lo que es común escucharlas de manera más frecuente en todo tipo de lugares y en todo tipo de personas, sin embargo, es importante no decirlas enfrente de tu bebé o hijos pequeños ya que esto podría afectar severamente su vida social a futuro.
Las groserías en sí no son nada malo, ni nada del otro mundo, quizá sean un tipo de violencia pero que muchos utilizan como método de desahogo, como un lenguaje coloquial, y hay quienes incluso ya las emplean de forma alarmantemente “natural”. No obstante, algunos las mencionan sin problema alguno enfrente de su hijos quienes aseguran no entenderán lo que son o significan pero en realidad, es todo lo contrario.
Los primeros años de vida son fundamentales en el desarrollo un niño o niña. Durante ellos, desarrollan una serie de aprendizajes que los acompañarán por el resto de su vida. Esto gracias a la capacidad de retención que presentan durante esta etapa, pues su comportamiento se vuelve un reflejo de lo que ven y escuchan principalmente en casa.
De acuerdo con un artículo publicado en Plos One, cuando un bebé observa a un adulto realizar determinada actividad, sus enlaces neuronales se activan, haciendo que imite sus palabras y actitudes. De ahí la importancia de cuidar el vocabulario pues mamá y papá representen los principales modelos a seguir.

(Foto: Pixabay)
Este tipo de comportamiento no es algo reciente ni mucho menos pues desde hace años se ha dicho que los humanos aprendemos por medio de la repetición de patrones y conductas. El concepto de que la educación viene desde casa es bastante correcto y conforme explica la teoría del aprendizaje social creada por el psicólogo Albert Bandura, los seres humanos aprendemos a través de la la imitación.
Particularmente los bebés, por más chiquitos que sean, ellos pueden absorber e imitar el comportamiento de las personas que los rodean, no importa si son personajes ficticios, familiares e incluso otros niños.
Durante sus primeros meses de vida los niños aprenden de manera indiscriminada puesto que no distinguen las actitudes que son correctas ni las que no los son. Y según la organización Healthy Family, las habilidades lingüísticas de los bebés suelen desarrollarse entre los 9 y 12 meses, edad en que comienzan a comprender oraciones simples, relacionar palabras con objetos y podrá repetir frases que le resulten sencillas.

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Una vez que el bebé comprenda la importancia del lenguaje y de comunicarse, intentará aprender todos los gestos, frases o reacciones que tenga a su alcance. Por eso es que debes de cuidar el vocabulario que usas frente a tu hijo o hija.
Solo así evitarás que diga malas palabras o que reaccione de manera incorrecta ante situaciones particulares, acciones que a futuro le podrían generar grandes conflictos en la escuela y en sus relaciones con amigos, otros padres de familia y más.
Claro que si lo aplicas de un modo totalmente contrario, haciendo uso de nuevas y buenas palabras y conceptos que pueda aprender y asimilar poco a poco, le ayudará bastante en su desarrollo como individuo.

(Foto: iStock)
¿Conoces alguien que constantemente diga malas palabras enfrente de su bebé?
Con información de Vix.