Si tu hijo es agresivo cuando se enoja, aprende cómo evitar ese tipo de conducta
El desarrollo de los niños es un sube y baja de emociones y sentimientos que...

El desarrollo de los niños es un sube y baja de emociones y sentimientos que poco a poco van aprendiendo a manejar y expresar, no obstante, hay una etapa donde muchos de ellos no saben como lidiar con determinada situación lo que lleva al desarrollo de conductas agresivas a la hora de enojarse. Si tu hijo forma parte de este grupo, aprende cómo evitar este tipo de comportamiento de mano de los expertos.
Definitivamente a ninguna mamá o papá le gusta lidiar con un hijo berrinchudo, sin embargo no siempre se puede tener a los niños calmados ya que ellos continuamente experimentan situaciones de enojo, frustración, tristeza las cuales forman parte muy importante de su desarrollo mental y personal.
El problema empieza cuando este tipo de conductas van acompañadas agresión, que pueden ir desde una rabieta hasta agresiones físicas. Pero no olvidemos que esto se debe a que, a diferencia de los adultos, los niños no tienen control suficiente sobre sus emociones.
De ahí la importancia de saber cómo enseñar a los niños a transmitir sus sentimientos de forma adecuada, para que de esta manera logren relacionarse pacíficamente.

(Foto: iStock)
Existen distintas razones por las que se originan estos tipos de comportamientos pero que con ayuda de los consejos correctos y profesionales se pueden solucionar. De acuerdo con la psicóloga y psicoterapeuta Patricia Pizzolante de Sens Centro de Atención Psicológica, estas son algunas situaciones por los que pueden originarse:
Necesidades fisiológicas
La psicóloga argumenta que en muchas ocasiones las conductas agresivas pueden ser causa de respuestas naturales del cuerpo ante situaciones que causan incomodidad o molestia, por ejemplo, exceso de cansancio o hambre.
Bajo estas circunstancias, los niños no logran regular de forma adecuada sus emociones ni respuestas, por lo que es probable que decidan expresar su incomodidad a través de golpes o berrinches. Y tiene bastante sentido, incluso en adultos el hambre y cansancio pueden ser síntomas del mal humor.
Problemas emocionales
Cuando este comportamiento es constante y comienza a tener consecuencias en su desarrollo cognitivo y social, lo mejor siempre será asistir con un especialista en salud mental. Solo de esta forma se podrá analizar si hay alguna alteración a nivel psicológico que pueda estar ocasionando este tipo de comportamientos.
Frustración
Es muy común en los niños experimentar frustración la cual suele venir acompañada de golpes y molestos llantos. Claro que éstos surgen como una respuesta emocional ante situaciones en las que el pequeño no encuentra las palabras o formas adecuadas para expresar sus sentimientos.
Y al no saberlo, siempre buscarán la salida fácil sin importar si es la apropiada o no.

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¿Cómo puedo evitar que mi hijo se comporte de esta forma?
Lo más importante es que el niño siempre sepa y sea consciente de las consecuencias emocionales y físicas que su comportamiento puede generar en los demás. Que entienda que lo que hace no solo los afecta ellos sino también a sus padres, familiares, amigos y demás.
En estas situaciones, la experta sugiere explicar con paciencia y empatía, cómo estas actitudes pueden afectar sus relación sociales en todos los ámbitos; escolares, familiares, etcétera.
De igual forma, la psicoterapeuta explica que es muy importante mostrarle cómo puede gestionar sus emociones y cual es la forma adecuada de reaccionar haciéndole saber que tiene derecho a enojarse y a sentir frustración, sin embargo, no quiere decir que pueda maltratar o golpear a los demás. Es dejar claro que hay otras maneras en las que puede expresar su descontento.
Por eso es fundamental que los niños sepan identificar y reconocer lo que sienten, para que así logren nombrar sus sentimientos y aprendan a cómo manejarlos correctamente y sin dañar a terceros, principalmente a su mamá o papá.
“El niño necesita desarrollar mecanismos de regulación o afrontamiento, que le permitan gestionar sus emociones y sus respuestas frente a ellas”. – Patricia Pizzolante
Al final se trata de siempre guiar a los más pequeños por esos caminos de oscuridad y de confusión que es muy normal que experimenten. Al ser guía, logras expresar y dar a entender que el mantener una conducta calmada no es solo para dar gusto al mundo, sino que es también para su propio bienestar ahora y en el futuro.
Con esto, terminarás otorgándole responsabilidad a sus actos y fortaleciendo su inteligencia emocional, mientras refuerzas su seguridad y autoestima también. Y eso sí, recuerda siempre ser paciente pues es la clave para lograr que tu hijo logre comprender este aprendizaje.
Con información de Vix.