La pandemia no solo cambió la forma de relacionarnos, también transformó el ritmo de millones de niños alrededor del mundo. Y es que ahora se dio a conocer que las clases virtuales suponen un problema para la salud ocular de los pequeños, pues se disparó la miopía en menores de edad.
Antes de la pandemia el uso de las pantallas podía moderarse por parte de los padres; sin embargo, dentro de esta dinámica en la que la educación virtual se convirtió en indispensable, para muchos también se modificaron las rutinas y junto con ellas los problemas de la vista aumentaron.
De acuerdo con un estudio publicado en el medio especializado Lancet. los pequeños son más propensos a presentar estos problemas cuando los niños no se exponen al sol y el globo ocular no se hace más largo.
La pandemia cambió la forma en la que los niños interactúan con las pantallas | Fuente: @Pexels
“Si los niños no salen al aire libre y no reciben luz de sol, su cuerpo no genera este neurotransmisor y la enfermedad se dispara. Ninguna luz artificial puede reemplazar los rayos solares en la generación de dopamina.”, destacó la investigadora Carolina Picotti al respecto del aumento de la miopía en menores de edad.
Así es como la presencia de los problemas oculares se hace presente en los pequeños
Quizá lo más preocupante es que se trata de un problema ocular silencioso que va avanzando progresivamente y se ha visto su avance en países como China, Canadá y varios lugares de América Latina.
Así es que si tus hijos se encuentran en esta situación, es muy importante que los lleves con un especialista para que trate esos diversos problemas que pueden surgir en su vista.
Cada vez más niños necesitan usar lentes | Fuente: @Pexels
«El porcentaje del aumento en la miopía no solo es muy alto, sino que confirma la hipótesis de que los factores ambientales y no solo los genéticos pueden incrementar o disminuir esta enfermedad”, expresa en la investigación la oftalmóloga.
El porcentaje se disparó en un 40% del 2018 al 2020 con respecto a los problemas de la vista, esto fue en gran medida por las medidas sanitarias para resguardarse ante el COVID-19; uno de los problemas es que el porcentaje de progresión se disparó, lo que dista mucho de las investigaciones realizadas en el pasado.
Entre los problemas que podrían presentarse a futuro están: presencia de desprendimiento de retina, glaucoma y cataratas. Y sin embargo, no hay que satanizar el impacto de las pantallas, porque lo que explican los expertos es que esto se debe a que los niños no salen al aire libre y no reciben la dopamina necesaria en la retina.
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