Hay una delgada línea entre no perder la esperanza y perder el amor propio; y es que una mujer que se ama nunca debe rogar por el amor de un hombre, ni siquiera cuando es el padre de sus hijos. Poner en claro las necesidades propias antes que el egoísmo te abrirá cientos de puertas.
Mientras que tú entregaste más de la cuenta para salvar esa relación, la otra persona te dio mucho menos de lo que merecías. Mientras que tú te desvelabas esperándole y procurándole, ese hombre simplemente decidió ir por su propio camino sin invitarte o preguntarte si querías formar parte de él.
Aunque así lo creas, no le debes nada a nadie. Una mujer que se ama a sí misma nunca le rogará a un hombre, porque aunque en tu ilusión buscas lo mejor para tus pequeños; la otra persona eligió sin consultarte, te puso a un lado cuando tú como pareja debiste ser prioridad.
Foto: Pexels
Pero ya no más. ya no más llantos nocturnos, ni llamadas incómodas. Ya no más mensajes pidiendo por que las cosas «sean como antes». Nadie más que tú sabrá encontrar su propia felicidad; escucha a esa voz interna que te dice lo brillante, grandiosa, fuerte, valerosa y talentosa mujer que eres.
Tus hijos agradecerán este gesto valeroso en el futuro
No habrá lección más importante para tus hijas que demostrarles que una mujer nunca debe rogar a un hombre, aunque sea el padre de tus pequeños. Antes que su bienestar, también está el tuyo. Si esa persona no se preocupó por ti, tú no le debes nada a nadie.
Al no rogarle a un hombre también compartirás con tus hijos del dolor, ese dolor que solo una mujer realmente enamorada y entregada a su familia siente. Pero antes que buscar la confianza en alguien más, debes encontrarla en ti para no voltear atrás.
Aléjate, sin reparos, sin dudarlo. Esa persona jamás debió traicionar tu confianza, ni cambiar lo que ofrecías en la relación por lo que ahora tiene. Esa persona debió estar para ti, para tus hijos, para su familia; si ahora eligió, es momento de que avances y tomes esta lección como una de las más valiosas.
Incluso cuando el golpe de realidad pueda ser doloroso, nada vale más que poder ser tú misma; de saber las capacidades que tienes para salir adelante y enfrentarte al mundo sin dudarlo. Siempre avanzar, siempre luchar, siempre amarte.
Un hombre que te hiere no merece tus lágrimas
Si al principio de la relación todo comenzó como un idilio y pronto ese cuento de hadas se terminó, no hay necesidad de que busques lo que ya no está. Ámate a ti misma, ama a tus hijos que te dieron fuerza, ama a tus familia que te tendió la mano cuando lo necesitaste, ama a esa amiga que te escuchó, ama la vida por encima del dolor del engaño.
Una mujer como tú debe ser el ejemplo perfecto para enfrentarse a la vida, para luchar, para nunca desistir. Vales más que las inseguridades de un hombre que nunca encontró un propósito en la vida y continúa a prueba y error, lastimando, hiriendo, dejando cicatrices.
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