¿Por qué los niños tienen recuerdos que no existieron? Esta es la explicación científica
La convivencia con nuestros hijos tiene momentos increíbles, muchas veces nos esforzamos por darles los...

La convivencia con nuestros hijos tiene momentos increíbles, muchas veces nos esforzamos por darles los mejores recuerdos. Sin embargo, se ha hablado de que los niños tienen falsas memorias o recuerdos.
¿Cómo pueden los niños modificar sus recuerdos? ¿Cómo pueden darnos datos de eventos o personas de una forma muy distinta a lo que vivieron en verdad? Puede pasar incluso que confundan las circunstancias o a las personas.
La periodista estadounidense, Amy Paturel intentó dar respuesta a estas preguntas. Por ello, acudió con la directora del Departamento de Psicología Clínica de la Universidad de Notre Dame, la Dra. Helen Marlo, para dar explicación científica por la que los niños tienen recuerdos que no existieron.

¿Por qué parece que nuestros niños tienen recuerdos muy diferentes a lo que pasó? | Fuente: Unsplash
Es absolutamente normal
La Dra. Helen Marlo explicó que es normal que los niños tengan recuerdos alterados. Señaló que la primera infancia es un periodo de rápido desarrollo en el cerebro, y que una señal de que todo va bien en él es justo el poder de la imaginación.
El cerebro de los niños pequeños está en desarrollo y pasa por una variedad de procesos que complican la capacidad de los niños para recordar la información con precisión, pues los lóbulos frontales aún están integrados completamente. Se depende completamente de los recuerdos sensoriales y de las sugerencias implantadas por otras personas.
Y es que el hemisferio derecho, el lado sensible del cerebro, está más desarrollado, por ello los niños dependen de todo lo que ven, tocan, huelen o prueban, eso activa todo para completar un recuerdo. Lo que extraen nuestros pequeños son parte de su experiencia real e imaginaria.

Para sus recuerdos, los niños dependen de sus sensaciones | Fuente: Unsplash
Esto quiere decir que los niños no recuerdan precisamente todos los momentos que vivieron, pero sí lo que sintieron. Lo que no pueden recordar, lo completan con su imaginación. En esta etapa temprana de sus vidas están construyendo el mundo que ven a su alrededor, aprendiendo y viendo cómo comprenderlo, por lo que no logran registrar detalles específicos.
Las historias que escuchan de sus mayores las registran como recuerdos. Llenan los vacíos con la información de otras personas y la almacenan como recuerdo nuevo. Este proceso es conocido como recuerdo reconstructivo. O sea, ellos reconstruyen los momentos en función de la experiencia vivida.
De acuerdo con un estudio del 2020 de Cognitive Processing, las neuronas espejo son las razones de estos fenómenos. Estas se activan no sólo cuando los niños juegan algún deporte, por ejemplo, sino cuando ven a otra persona jugarlo. En su mente, se imaginan practicando ese deporte.

Los pequeños pueden imaginarse a sí mismos haciendo lo que otros hacen | Fuente: Unsplash
Los recuerdos de los niños se vuelven más confiables alrededor de los 9 o 10 años, aunque el cerebro continúa su desarrollo. En comparación con los adultos, aún durante la adolescencia temprana, la capacidad de recordar es pobre. Así que los recuerdos falsos surgen de la sugestión.
La cuestión importante ahora es, ¿debemos decirles a nuestros niños que ese recuerdo no es real? Depende. Antes de «desmentir» a nuestros hijos, habrá que preguntarse si esa verdad enriquecerá su vida, le ayuda a comprender mejor quién es o de dónde viene. Si no es así, no tiene nada de malo dejarlos conservar sus «falsos» recuerdos.
¿Qué piensas sobre esto? ¿Te ha pasado que tus niños tienen recuerdos que no existieron?
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