¿Te ha pasado que cuando tu hijo despierta empapado en sudor, su ropa, sábanas o cobijas e incluso la almohada están llenas de sudor? Tranquila, no es grave y no es sinónimo de que nuestros pequeños estén enfermos, sin embargo hay que tener en cuenta que si a esta afección se le suman algunos otros síntomas o los notamos incómodos al dormir, puede ser que trate de algo más.
La mayoría de casos de sudor excesivo en niños, no tiene ninguna causa específica y esto puede afectar a un 12% de los niños, aunque es más frecuente en varones y es posible que dentro de su historial clínico tengan ligeras alteraciones respiratorias como rinitis o alergias, apnea del sueño, entre otras.
También dentro de las causas para los sudores nocturnos puede ser que el niño o niña tenga la característica de ser muy energético y le cueste más trabajo relajarse y dormir. El sudor está regulado por un sistema autónomo y tiene una etapa activa y otra que permanece en reposo, por eso cuando un niño comienza a calmarse, toda la gran cantidad de energía ya no se ocupa, el organismo debe sacarla y la elimina en forma de calor a través del sudor.
Si tu hijo suda mucho por las noches puedes ayudarlo de esta forma | Fuente: Freepik
Estas son una de las recomendaciones para evitar que tu hijo se desp
- No los arropes demasiado.
Dependiendo del lugar donde vivas o la estación del año en la que te encuentres puede ser que el problema aumente y es necesario que las capas de ropa y cobijas cambien por algo más ligero.
- Disminuye los abrazos o cogerlos en brazos antes de dormirlos.
Por lo regular los niños pequeños piden mimos antes de dormir, sin embargo el exceso de estos pueden hacer que los pequeños empiecen a acalorarse y tengan menos espacio corporal para perder el calor y comenzarán a sudar.
- Evitar recostarlos después de comer.
Cuando son muy pequeños, notarás que durante toman su biberón o les das pecho, sudan bastante, pues comer gasta energía.
Así que si tu pequeño ya es más grande, dale unos minutos antes de acostarse para bajar la energía.
Ahora que entendimos el porqué de la sudoración excesiva, podemos quedarnos más tranquilas, aún así es mejor consultar con nuestro pediatra de confianza para descartar cualquier causa negativa, aunque por lo regular esta situación es completamente normal y fisiológica.
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