¿Por qué las videollamadas están provocando estrés en este regreso a clases?
Hacer prácticamente todo desde casa, sin necesidad de salir y convivir con los demás, era,...

Hacer prácticamente todo desde casa, sin necesidad de salir y convivir con los demás, era, hasta hace algunos años, una cosa sacada de alguna película futurista, pero ahora este hecho se ha vuelto parte de nuestras vidas.
La tecnología forma una parte muy importante de nuestro día a día y conforme pase el tiempo, todas sus maravillas nos ofrecerán una mejor manera de vivir. Más cómoda, más segura y, sobre todo, más eficiente.
En este sentido, y sin duda alguna, el internet se ha vuelto una herramienta imprescindible para comunicarnos, pero también para construir nuevos paradigmas en materia de aprendizaje.
No sólo contamos con la información al alcance de un clic, la interacción con los contenidos es más dinámica, videos educativos, cuestionarios, paseos virtuales, exposiciones en línea, películas, aplicaciones, audiolibros y un sinfín de tutoriales son sólo una mínima parte de las posibilidades que aprender desde casa tiene deparado para los jóvenes de nuestro mundo contemporáneo.
Las videollamadas y videoconferencias han resultado esenciales para poder continuar con nuestras labores de la mejor manera posible. Por ejemplo, una de las ventajas más notorias es que millones de niños, jóvenes y adultos han podido continuar con sus estudios desde que inició el confinamiento derivado de la pandemia de la Covid-19.
Sin embargo, y mientras la tecnología se sigue perfeccionando, es importante señalar que existen algunos factores que pueden jugar en contra del aprendizaje generando estrés en los jóvenes.

(Foto: Freepik)
Cuando estudiamos desde casa, las videollamadas pueden fallar y representar algunos problemas. La pantalla freezada, una mala conexión a internet, no contar con el espacio y el equipo adecuado para estudiar, poco lenguaje verbal y corporal (a falta de alguien que nos esté enseñando en persona), entre otros factores puede alterar la constitución emocional de los alumnos.
Una profesora de la Universidad de Northern Illinois de nombre Suzanne Degges-White, compartió en Psychology Today un concepto bastante interesante al que ella llama “Zoom anxiety” en referencia a la ansiedad que puede provocar el uso excesivo de este tipo de plataformas.
La experta sostiene que una de las desventajas de estas videollamadas son las carencias comunicativas que presentan, teniendo en cuenta que el lenguaje corporal representa hasta el 85% del mensaje que se envía al interlocutor: “Tenemos más dificultades a la hora de conversar o seguir la pista de lo que se está diciendo porque perdemos una cantidad significativa de comunicación no verbal que aporta contexto y profundidad a la hablada”.
Por eso, herramientas como Aprende en Casa II, son ejemplo de que la educación a distancia es algo totalmente posible y que incluso puede convertir el proceso de aprendizaje en algo innovador y bastante didáctico. Hemos visto cómo el sistema educativo se ha esforzado arduamente por entregar a todos sus alumnos información concreta, con materiales especializados, con sistemas de aprendizaje tanto para los pequeños y jóvenes como para los padres, materiales, incluso la posibilidad de repasar temas previamente enseñados.
No obstante, tanto para los maestros como para los jóvenes, la estrecha relación con la tecnología y las pantallas puede llevarnos a que a veces no entendamos bien los temas, a que nos enojemos y nos estresamos.
Pero eso no quiere decir que nos rindamos a la primera falla, sino que debemos entender que nuestra relación con estos avances tecnológicos apenas comienza y que vale completamente la pena conocernos y entendernos mejor para direccionar nuestro futuro hacia el éxito.

(Foto: Freepik)
¿Cómo evitar el estrés de las videollamadas?
Para poder paliar estos síntomas de la mejor manera posible y que los alumnos consigan aprovechar las clases al máximo es importante, en primer lugar, fijar muy bien los horarios de clases y aprovecharlos al máximo para que la relación pantalla-alumno no se vuelva cansada y/o agobiante. Que las videollamadas sean para tomar clases y nada más.
Otra recomendación es crear un método de resolución de dudas. Durante la clase puede ser poquito difícil resolver todo aquello que no se entiende, por los periodos de tiempo, y lo complicado que se puede volver apuntar la atención a una sola persona. Por eso, una buena idea sería tener un cuaderno para escribir todo lo que se alcance a ver en clase y en específico anotar dudas entendiendo que, quizá, no se puedan resolver en este momento, pero que más tarde a la hora de las tareas o al día siguiente pueden tener solución.
Es importante también contar con el material necesario para que una clase en línea sea lo más productiva posible y no existan factores, al menos no de la parte personal, que puedan entorpecer el aprendizaje. Y con todo lo necesario no nos referimos sólo a dispositivos como tablets o computadoras; también influye mucho el espacio de trabajo, el silencio (que es esencial para la concentración), así como contar con un lugar cómodo y ventilado destinado exclusivamente a las clases.
Muchos piensan que estudiar o trabajar en la cocina o la habitación es posible, y aunque de cierto modo lo es, no es lo más adecuado, en específico no para los niños y adolescentes. Una mesa o escritorio con espacio, orden, luz natural y un poco de aire puede crear una gran diferencia en el estrés que pueda representar trabajar o estudiar a distancia.
Finalmente, una alimentación adecuada, es decir a las horas correctas, incluida la hora de lunch, es fundamental para el aprendizaje y así como realizar cualquier tipo de actividad física que ayude a liberar el estrés acumulado. Respirar aire fresco para despejar la mente puede ser de gran ayuda tanto para grandes como para chicos.
Tomar clases en casa no tiene porque volverse sinónimo de estrés, al contrario, tomando las medidas adecuadas, puede convertirse en toda una aventura de conocimiento para los niños y jóvenes de nuestro país y, por qué no, también para nosotros los adultos.
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