Basta de decir a los enfermos que «sean optimistas»: Peligros de la positividad tóxica
¿Crees que los problemas de salud mental son algo que se soluciona con ser positivo?...

¿Crees que los problemas de salud mental son algo que se soluciona con ser positivo? Podrías equivocarte. Es momento de dejar de decirle a los enfermos que sean optimistas, te contamos algunos de los peligros de la positividad tóxica.
Todos los días personas acuden con médicos, psicólogos y psiquiatras con el fin de encontrar una respuesta a sus situaciones. El resultado puede ser satisfactorio pero veces no y esto se debe a que los expertos recomiendan a sus pacientes que sean optimistas. ¿En verdad funciona ser optimista?
Cuando una persona sufre una ruptura amorosa, una pérdida o siente tristeza por alguna situación podría funcionar la estrategia de cambiar de actitud y ser positivo. Basta de decir que sean optimistas, la historia es distinta cuando la persona tiene una enfermedad crónica.

A veces decirle a alguien que «sea optimista» no es lo mejor. Fuente: Unsplash
¿Por qué no decirle a los enfermos que «sean positivos»?
Seguramente has visto que cuando una persona es diagnosticada con cáncer, diabetes y alzheimer la respuesta de un doctor viene acompañada con un «sea positivo». Cuando nos dicen que la actitud que tenemos podría mejorar e incluso cambiar el estado de nuestra enfermedad parece una maravilla pero, ¿en verdad sonreír y decir frases optimistas podría quitar el cáncer?
¿Influye el optimismo o pesimismo en la curación de enfermedades crónicas? La cultura de la positividad en el mundo se ha impregnado en la salud. Estos pensamientos tienen el fin de hacernos sentir bien por un momento, darnos una sensación de utilidad y esperanza dentro de todo lo malo.
¿Tener una sonrisa en el rostro es suficiente?
Las personas que padecen enfermedades crónicas pueden encontrar esta actitud dañina e inconsciente por su tipo de padecimiento. Las enfermedades no son tan simples para enfrentar con una actitud positiva porque el nivel de exigencia de algunos tratamientos es difícil de esconder.
Basta de decir que sean optimistas, uno de los peligros de la positividad tóxica es culpar a los pacientes con enfermedades crónicas por su lucha diaria contra el dolor y no poder cumplir con la norma del optimismo. En un ambiente «positivo» deben aprender a ocultar tristeza o desesperación porque en realidad este tipo de enfermedades no se pueden combatir con «ser positivo» o «poner una sonrisa».
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