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¿Realmente el COVID-19 se propaga a través de superficies o por qué seguimos desinfectando?

superficies desinfectadas covid 19

Desinfectar en exceso podría ser un esfuerzo en vano. | Foto: Freepik

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Desde inicios de la pandemia se nos informó, como parte de las medidas de seguridad, acerca de la desinfección de distintas superficies para evitar la propagación del virus, no obstante, se ha ido descubriendo que rara vez el COVID-19 se propaga por medio de las superficies que constantemente tocamos. Entonces, ¿por qué seguimos desinfectando?

Desde que todo inició (al menos en México), aproximadamente a mediados de marzo, distintos estudios mostraron que el COVID-19 podía persistir en superficies de algunos materiales como el plástico y acero inoxidable durante varios días.

Lo que llevó a una enorme cantidad de consejos sobre cómo desinfectar de todo; desde los zapatos o pomos de puertas, hasta las compras del supermercado como cajas, latas y demás empaques de los alimentos.

De igual forma la OMS también pareció confirmar a inicios de la pandemia que el virus que causa el COVID-19 puede propagarse a través de superficies contaminadas.

Por lo que la misma OMS y las agencias de salud de todo el mundo recomendaron que las personas en entornos comunitarios como casas, autobuses, iglesias, escuelas y tiendas, limpiaran y desinfectaran las superficies, especialmente aquellas que se tocan con frecuencia, con el fin de evitar contagiarse y propagar el virus.

A esto, Emanuel Goldman, un microbiólogo de la Facultad de Medicina de Rutgers New Jersey en Newark, decidió analizar más de cerca la evidencia en torno a las superficies, encontrando fue que había poco que apoyara la idea de que el COVID-19 pasa de una persona a otra a través de dichas superficies contaminadas.

Al menos así lo escribió de manera crítica para la revista The Lancet Infectious Diseases el pasado mes de julio, argumentando que las superficies presentaban relativamente poco riesgo de transmitir el virus.

Otras conclusiones similares e importantes, como por ejemplo la emitida por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE.UU., aclararon su guía sobre la transmisión superficial en mayo de 2020, indicando que esta vía “no se cree que sea la forma principal de propagación del virus”.

Hoy en día la CDC establece que la transmisión a través de superficies “no se cree que sea una forma común de propagación de COVID-19”. Y a medida que la evidencia se ha ido acumulando conforme al avance de la pandemia, lo que se comprendía sobre el virus ha ido cambiando.

Todos los estudios e investigaciones de los brotes apuntan a que la mayoría de las transmisiones ocurren como resultado de que las personas infectadas arrojan gotas grandes y pequeñas partículas llamadas aerosoles cuando tosen, hablan o respiran.

Estos pueden ser inhalados directamente por personas cercanas y  la propagación por medio de las superficies, aunque es posible, no se considera un riesgo significativo, informa el sitio Infobae. Sin embargo, los especialistas no pueden descartar la posibilidad de propagación del COVID-19 a través de superficies.

Puede que nuestros exhaustivos esfuerzos por desinfectar sean un poco en vano. | Foto: Freepik

Por otra parte, los expertos dicen que tiene sentido recomendar el lavado de manos, pero algunos investigadores están rechazando el enfoque en las superficies.

Por ejemplo el pasado diciembre, la ingeniera Linsey Marr de Virginia Tech en Blacksburg coescribió un artículo de opinión para The Washington Post pidiendo a la gente que redujera los esfuerzos de limpieza.

“Está claro que la transmisión por inhalación de aerosoles, las gotitas microscópicas, es un modo de transmisión importante, si no dominante,” dice Marr, quien estudia la transmisión de enfermedades transmitidas por el aire.

«La atención excesiva en hacer que las superficies sean impecables requiere un tiempo y recursos limitados que se gastarían mejor en la ventilación o la descontaminación del aire que respira la gente», advierte.

Se sabe también que la mayor fuente de contagio y mayor preocupación respecto al tema de los contagios por COVID-19 somos las personas, por lo que el distanciamiento social, las restricciones de viaje, los encierros, el uso del cubrebocas e incluso de la careta funcionan mejor que el hecho de desinfectar superficies.

Finalmente, ningún científico o estudio descarta la posibilidad de contagiarse por medio de superficies contaminadas, simplemente es algo complicado que suceda. Por lo que la recomendación NO es dejar de desinfectar nuestro hogar, ni nuestros zapatos o las compras del supermercado.

Sino que podría ser quizá, una invitación a detener al menos en un pequeño porcentaje el consumo excesivo de desinfectantes, detergentes y demás. También una forma de contrarrestar la paranoia y la fuerte angustia que hasta ahora genera la pandemia.

No hay que bajar la guardia, debemos seguir acatando cada regla de seguridad y sanidad que se nos indique por parte de los expertos y agencias de salud alrededor del mundo, mas no debemos seguir viviendo en una pesadilla sin fin.

Si bien el hecho de que el COVID-19 no se propaga tan fácilmente por medio de las superficies resulta tranquilizante, no debemos por ningún motivo dejar de lado el lavado de manos así como el uso del gel antibacterial y del cubrebocas cada que salgamos de casa.

En Viviendo en Casa proporcionamos información de salud con fines de divulgación que de ninguna manera sustituye valoraciones médicas o consultas de cualquier profesional de la salud.

Con información de The Lancet Inectious Diseases.

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