Este año no ha sido fácil para nadie debido a la pandemia, y las próximas fiestas decembrinas, aunque siempre son alentadoras, podrían empeorarlo todo pues como ya algunos sabemos, la «depresión blanca» siempre está al acecho en estas fechas.
De por si este trastorno es bastante común, y con el encierro, la inminente cancelación de fiestas y reuniones, y todo lo que ya venimos arrastrando a lo largo del 2020, este año la también conocida como «depresión navideña» podría ser peor que nunca y afectar a mas personas de lo normal.
¿Qué es la depresión blanca?
La «depresión blanca», «depresión navideña» o «trastorno afectivo de invierno», es un fenómeno que hace que adolescentes y adultos pierdan el interés por las festividades de fin de año y caigan en un periodo depresivo.
De acuerdo con la psicología, estos episodios son recurrentes en determinadas épocas del año, ya sea invierno o primavera, y afecta a uno de cada tres adultos que hayan tenido problemas de depresión en la infancia.
Este trastorno puede agravarse debido al cierre de un ciclo y el comienzo de otro, por la recapitulación que se hace del año, los logros, los regalos que se deben hacer, el “tener que estar feliz» y el dinero que se debe gastar, lo que puede afectar el estado de ánimo de las personas.
Y como tal, no hay un rango específico de edad y para que se desencadene la depresión blanca, tienen que haber ciertos factores, los cuales tienen que ser episodios depresivos previos, tener antecedentes familiares o puede ser causado también por el abuso de sustancias tóxicas.
Expertos indican que los efectos del clima también influyen en el estado de ánimo de la persona, ya que ciertos neurotransmisores como la melatonina que tiene que ver con el sueño y la cerotonina con el estado anímico, bajan durante el invierno.
Por lo tanto estos factores biológicos, así como el cambio de horario, tienen que ver con dicho padecimiento, aunque influyen más los personales y los sociales.
La depresión blanca puede durar todo el invierno; comienza por septiembre y se extiende hasta noviembre, pero de enero a febrero aumentan los síntomas y disminuye en mayo.
Síntomas
Se cree que entre uno y dos por ciento de la población padece este trastorno, el cual afecta el sueño, el apetito, provoca irritabilidad, desesperanza, aislamiento social y pérdida de interés en sus actividades cotidianas.
Los principales síntomas son:
- Fatiga generalizada
- Comer en exceso o falta de apetito
- Modificación en el peso
- Problemas de sueño con muchas ganas de dormir o no poder lograrlo
- Letargo
- Disminución de energía
- Ideas suicidas (en casos extremos)
¿Cómo detectar si alguien sufre de depresión blanca?
La familia o personas muy cercanas son las que mejor puede detectar este padecimiento ya que son quienes conocen mejor al afectado. Cuando la persona se empieza a aislar y a tener cambios abruptos de personalidad, es cuando hay que estar alerta y preguntarle cómo se siente.
Para ayudarlo, sus familiares o allegados deben tener una presencia cálida y empática, para que puedan los pacientes expresar todo lo que sienten, porque la misma persona en la mayoría de los casos no sabe qué es lo que le pasa.
También, para que pueda recibir un mejor apoyo, lo mejor es llevar al afectado con un especialista. Un psicólogo o un psiquiatra, quien podría medicarlo si se requiere, pero estos solo en los casos más severos.
Otra gran forma de ayudar a quien sufre de depresión blanca es motivnandolo a que salga de su aislamiento, a tener actividades al aire libre y a que haga ejercicio, pues éste provoca bienestar. Sin embargo, el estar afuera y salir a la calle y muchas actividades este año han quedado vetadas.
De ahí que la pandemia represente un reforzador de este trastorno. Sin embargo, el cariño y la atención siempre pueden ser la mejor medicina para solucionar este impasse del invierno y la época navideña.
¿Ya habías escuchado de la depresión blanca?
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