La dieta alcalina puede que no sea la más sencilla de comprender, pero vale la pena revisarla ya que puede ofrecer distintos beneficios a la salud, como por ejemplo, al cuidado de los riñones. Te explicamos.
Usualmente cuando pensamos en una dieta o nuestra alimentación, nos enfocamos en el azúcar o las grasas, dejando de lado el tema del equilibrio ácido-base del organismo, simplemente porque no es algo común que suela pasar por nuestra cabeza.
No obstante, resulta muy relevante entender que nuestra alimentación habitual conduce a una hiperacidificación del cuerpo que puede acarrear malestares, pero es aquí donde la dieta alcalina entra en juego.
Un plato equilibrado es la clave | Foto: Pexels
De acuerdo con el nutricionista y catedrático Jürgen Vormann la hiperacidificación se refiere una acidosis latente, lo que significa una sobreacidificación que no puede ser detectada directamente. El especialista aclara que la causa se remonta a nuestra dieta rica en proteínas, porque los alimentos que contienen gran cantidad de proteínas son metabolizados de manera ácida por el cuerpo.
Y como apunta Vormann, son muy pocos los que contrarrestan tal efecto con alimentos alcalinos, como las verduras y las frutas. A consecuencia, el exceso de ácido que debe ser excretado por los riñones, llega a afectar dichos órganos.
“La capacidad de los riñones empieza a disminuir alrededor de los 30 años”, dice Vormann para explicar el problema. Por cada año de vida, detalla, pierden alrededor de un uno por ciento de su capacidad de eliminar ácido.
¿Qué es la dieta alcalina?
Recuerda que si vas a comer una porción de carne, debes contrarrestar su acidez con una porción mayor de frutas y verduras | Foto: Unsplash
Como ya habrás notado, no se trata de una dieta para perder peso o algo similar, sino que busca generar un equilibrio entre los alimentos que se metabolizan de forma ácida, y los alimentos alcalinos que pueden ayudar a contrarrestar dicha acidez.
Por ejemplo, la carne, el pescado y los productos lácteos son metabolizados de forma ácida, al igual que las pastas y los productos a base de cereales. El queso en particular, incluyendo especialmente los añejos, poseen un elevado nivel de acidez.
En cambio las verduras y las frutas se encuentran entre los alimentos con efecto alcalino. El hinojo y la espinaca, por ejemplo, presentan valores bastante altos, además de los higos secos y las pasas, así como los plátanos, las grosellas negras y los kiwis, en el caso de las frutas.
Las espinacas son un gran alimento alcalino | Foto: Unsplash
Según explica Antje Gahl, de la Sociedad Alemana de Nutrición (DGE), “no recomendamos una dieta alcalina especial, ya que la regulación del equilibrio ácido-base se realiza de manera automática y en personas sanas no hay que temer consecuencias relevantes a causa de determinados alimentos”.
Aunque, por lo general, la Sociedad Alemana de Nutrición sugiere una dieta a base de plantas, un tipo de alimentación que, lógicamente, también aporta a reducir la acidez. Una recomendación concreta de la DGE, por ejemplo, es ingerir cinco porciones diarias de verdura y fruta y consumir por semana un máximo de 300 a 600 gramos de carne o productos cárnicos.
Por su parte Vormann indica que “si se comen 100 gramos de bistec, el cuerpo necesita 400 gramos de verdura para equilibrar la carga de acidez”. Así que como podrás ver, es cuestión de buscar y generar ese equilibrio. Es evidente que necesitamos proteína y está bien consumirla, siempre y cuando comamos muchos alimentos con efecto alcalino para compensarlo.
La dieta mediterránea podría ayudarte a generar ese equilibrio. Conoce en qué consiste dando click aquí.
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