La razón emocional detrás de tu barriga o vientre inflamado según la biodescodificación
Claro que la alimentación y la actividad física o la falta de ella tienen mucho...

Claro que la alimentación y la actividad física o la falta de ella tienen mucho que ver con la que forma en que una persona se ve, pero nada es tan determinante como lo que está sintiendo. Hablemos sobre salud mental y la razón emocional detrás de tu barriga o vientre inflamado.
La teoría de que hay una relación entre un conflicto emocional y cada síntoma físico es de la descodificación. Se trata de un método biológico que se centra en encontrar el origen metafísico de las enfermedades.
Se busca ir más allá y ver al ser humano como un ser multidimensional: cuerpo, mente y espíritu. Cuando el enfermo toma consciencia de lo que hay detrás de su enfermedad puede atenderla de forma integral.

Puede ser mucho más que tu alimentación | Foto: Freepik
Qué razón emocional hay detrás de tu barriga o vientre inflamado
El vientre inflamado puede estar relacionado con el síndrome premenstrual, pero cuando se vuelve regular y doloroso podría ser el síntoma de un cáncer de ovario y, yendo más profundo, tristeza o angustia.
La barriga está a la altura del plexo solar, la zona de las emociones. La energía puede estancarse cuando la persona tiene conflictos con alguien o cuando está frustrada. Ahora bien, el vientre también simboliza una segunda sepultura y podría tener mucho que ver con un duelo no resuelto.

Sana tus heridas infantiles | Foto: Pexels
Por otro lado, un bebé crece en el vientre hasta nacer y, cuando permanece abultado, puede significar que mamá se ha olvidado (o no quiere aceptarlo) que también es mujer. Se concibe como una energía que pertenece solo a la pareja o a los hijos.
Finalmente, la grasa que acumulamos es una reserva del organismo para tiempos de escasez, pero en un sentido más emocional se relaciona con la necesidad de protegerse de un padre severo. Es una zona de eliminación, hay algo que debemos soltar para fluir y no nos atrevemos.
Así que empieza por recordarte que está a salvo y que tus necesidades importan, pregúntate por qué te sientes en peligro, de quién te proteges o a quién estás sobreprotegiendo. Sana tus heridas de la infancia y deshazte de lo que ya no necesitas.
Tu salud es integral, no descuides tus necesidades emocionales.
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