Cada cierto tiempo en internet un producto se vuelve el consentido de los usuarios e incluso muchas personas llevan este gusto hasta convertirlo en un estilo de vida; algo así pasa con la sal rosa del Himalaya, aunque ya tiene tiempo circulando, ha surgido un boom con respecto a su uso, pero tenemos malas noticias: no es tan buena para la salud.
De acuerdo con una investigación publicada en el 2016 en el portal Research Gate, la sal del Himalaya posee entre sus beneficios el hecho de que no aporta tantas calorías como otras sales; además de que al parecer cuenta con una gran riqueza en minerales como calcio, potasio, azufre, flúor y magnesio.
La sal rosa solo posee cloruro de sodio y yodo, lo que de acuerdo con algunos estudios, ayudaría a incrementar la densidad nutricional de la diera diaria; aunque algunas investigaciones más señalan que cuenta con beneficios casi milagrosos.
¿Amas la sal rosa del Himalaya? tenemos malas noticias… | Fuente: @Pexels
Entre los aportes que le dan a la sal rosada del Himalaya y sus beneficios están: ayuda contra la retención de líquidos, regula la presión arterial, combate las migrañas, aumenta el apetito sexual, ayuda a promover el sueño, fortalece la masa ósea, mejora el tránsito intestinal, equilibra el ph de la piel.
Pero… ¿son reales todos estos supuestos beneficios que se suman a la lista? La verdad es que no todo es lo que parece y al final hay algunos detalles que deben ser tomados en cuenta con respecto a su uso. Ahora te contamos.
¿Por qué la sal rosa no tiene tantos beneficios como aseguran?
«No hay evidencia científica de que la sal rosa del Himalaya aporte ningún beneficio para la salud ni tampoco hay diferencias significativas entre consumir sal normal y este otro tipo», asegura Ramón de Cangas, dietista-nutricionista, doctor en Biología Molecular y Funcional y miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética a El País.
La realidad es que si en algo coinciden los especialistas es que este producto para la mesa es bastante más caro y sus beneficios no son tantos como indican. ¿Un engaño más? Pues resulta que no es precisamente del Himalaya, de hecho, esta sal proviene de la mina de Khewra, ubicada a unos kilómetros de esa cordillera.
La sal rosa -que ya descubrimos no es del Himalaya- además está relacionada con problemas de salud como el cáncer de estómago, cálculos renales, hipertensión arterial y problemas cardiovasculares; de la misma forma que la sal de mesa.
Así que no hay decisión más efectiva y milagrosa que la de dejar de lado este ingrediente por más delicioso que pueda llegar a ser.
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