Los meses sin abrazos, ni besos, están afectando nuestra salud mental
Si hay algo que caracteriza a los mexicanos es que poseen una cultura cargada de...

Si hay algo que caracteriza a los mexicanos es que poseen una cultura cargada de muestras afectuosas y sin duda que en medio de la pandemia se indique que para mantener a salvo al otro hay que evitar dar abrazos o besos causa cierto descontrol; principalmente cuando se habla de salud mental.
Para este punto de la pandemia seguramente ya te perdiste esos abrazos especiales que antes eran un tanto intrascendentes; desde el saludo caluroso con un fraterno abrazo, hasta la más pura demostración de amor por parte de una madre o una abuelita que rodean con los brazos a ese hijo que hace mucho no ven, quizá esa felicitación de cumpleaños que sabe mejor con un abrazo.
Aunque parece que la gente está viviendo bien sin besos ni abrazos, la realidad es que los especialistas en psicología y salud mental están preocupados por los efectos que esta falta de contacto físico tendrá en los próximos años en la población.

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Y es que aunque vivas con un núcleo de personas reducido, se sugiere que no exista tanto contacto físico para evitar los posibles efectos de un contagio de coronavirus en medio de la pandemia. Es ahí donde comienza uno de los principales problemas de la falta de muestras de afecto.
¿Por qué la falta de muestras de afecto afectan tu salud mental?
Los psicólogos determinaron que más allá de la soledad, la gente está experimentando una carencia de generación de hormonas o químicos que son generados cuando se tiene contacto físico con otros seres humanos.
«El tacto sirve para modular, es posible que a través de los besos y abrazos se atenuen los efectos del estrés, el dolor de carácter físico y emocional. Por otra parte, la falta de muestras de afecto también está asociada a una mayor muestra de ansiedad», expresó a The Guardian la doctora Katerina Fotopoulou, de la University College London, quien está especializada en Neurociencia Psicodonámica.
De acuerdo con diversas encuestas, la gente considera este tipo de muestras como «cariñosas», «calurosas» y «reconfortantes»; por lo que vivir sin besos ni abrazos en medio de la pandemia supone un efecto importante en la manera que los seres humanos se relacionan con su entorno.

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La doctora Fotopolou expuso la teoría al respecto de que las muestras de afecto le envían al cerebro la señal de que pueden delegar sus recursos «para afrontar una situación porque alguien más está ahí para llevar la peor parte», detalló.
Esta clase de respuestas del cuerpo dejan en claro hasta qué nivel la salud mental podría verse afectada por la carencia de besos, abrazos o incluso caricias; ya que estas demostraciones también sirven para canalizar o evitar el estrés.
Cada persona tiene necesidades afectivas distintas, no obstante, todos los seres humanos tienen ese vestigio primitivo que los lleva a buscar la interacción con otros seres humanos en busca de demostraciones cariñosas como una forma de supervivencia.
Con información de Psychology Today y The Guardian
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