No fue tu culpa crecer en una sociedad sexista, pero sí es tu responsabilidad cambiarlo. Porque, contrario a lo que se pudiera pensar, la mujer también tiene sesgos machistas, así que identifiquemos desde ya esas frases machistas que dices sin querer.
El machismo trata de una serie de creencias donde, por naturaleza, el hombre es superior a la mujer. Incluye un conjunto de actitudes y conductas que resultan ofensivas contra el sexo femenino.
Está tan normalizado que empieza con frases del tipo “corres como niña” en la escuela “los hombres no lloran” en casa. Los micromachismos (que tienen un impacto macro) se han convertido en la puerta de entrada a un mundo en el que nadie gana, sufren las mujeres y también los hombres.
La crianza también puede estar llena de tintes machistas | Foto: Pexels
5 frases machistas que dices sin querer
Agradecer que tu esposo te ‘ayude’ en casa parece un gesto de amabilidad, pero no es más que otra forma de perpetuar los roles de género que tanto daño nos han hecho. Las cosas que hacemos y decimos todos los días podrían estar fuertemente influenciadas por el machismo, por ejemplo:
- “La que no enseña, no vende”. La cosificación sexual de la mujer es gravísima, porque en el mundo de los negocios a un hombre se le exige ser inteligente y a una mujer bonita.
- “¿Estás en tus días?” Cuando una mujer ‘desafía’ las reglas y expresa su opinión “está hormonal”, pero eso es justo lo que se espera de un hombre. No vuelvas a repetir estas palabras y no permitas que alguien más lo haga.
Es una de las frases machistas más controvertidas | Foto: Pexels
- “Los hombres siempre piensan en sexo”. El machismo también arrastra a los hombres hasta un nivel en el que solo se les ve como animales presa de sus instintos. Este estereotipo los daña y mucho.
- “Déjalo que pague él”. Que quede claro de una vez por todas: un hombre no es un cajero automático. Si pides respeto, tienes que respetar y hacer acuerdos en nombre de la equidad.
El machismo también afecta a los hombres | Foto: Pexels
- “¡Qué carácter!” Una vez más, es algo que no les diríamos a los hombres, porque de ellos se espera determinación. Tratar a una mujer de loca o intensa es terrible cuando lo hambre un hombre, pero todavía peor cuando lo hace una mujer.
Si una mujer lucha por equidad, tiene que empezar por ofrecerla.
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