El pasado 10 de febrero Irán Castillo anunció que se había convertido en madre por segunda ocasión, en medio de problemas debido a que le indicaron que su parto era de alto riesgo y que el feto no se lograría; pero al final, todo salió mejor. La actriz practicó la placentofagia, por eso, ahora te compartimos los beneficios de comer la placenta dentro de la maternidad.
«¿Sabías que la placenta te puede ayudar muchísimo al postparto y la lactancia tomándola en cápsulas? ¡Aprovechemos el milagro de este órgano! Gracias mi cielo por el milagro de tu ser en esta placenta!», escribió la actriz en redes sociales después de comer esta estructura que se forma dentro del útero durante el embarazo.
Esta tendencia se ha convertido en una de las más practicadas por las famosas; algunas se la comen cruda, cocida o en forma de píldora después de dar a luz a sus bebés. Pero… ¿qué hay de bueno en llevar a cabo esta actividad?
¿Te has preguntado si la placenta se come? Esto debes saber | Fuente: Pexels
Como todos sabemos, por medio de este órgano el bebé puede recibir oxígeno, una adecuada nutrición y es posible conectar con el pequeño mediante el cordón umbilical. A razón de ello, ahora te explicamos qué tan bueno -o malo- es para las madres ingerir esta formación.
Los médicos tienen opiniones divididas con respecto a esta práctica que ha generado numerosos comentarios con relación a lo popular que se ha vuelto la placentofagia para miles de mujeres alrededor del mundo.
¿Por qué aseguran que es bueno comer la placenta?
El comer la placenta era algo que ocurría en el mundo animal con regularidad, fue así como poco a poco y como una tendencia enfocada en los partos conscientes o más «orgánicos», ciertas ideologías impulsaron la práctica de esta actividad que divide opiniones. Estados Unidos, Canadá y Europa practican con regularidad esta actividad, de acuerdo con CNN.
Sin embargo, esta actividad de la placentofagia se recomienda desde el año 1500 en China, Alicia Silverstone y ahora la mexicana Irán Castillo promueven esta clase de conexión con el bebé recién nacido a través de la placenta.
«Comer placenta ofrece supuestamente beneficios numerosos: previene la depresión postparto, reduce el dolor y la hemorragia postparto, aumenta la producción de leche materna y mejorar la vinculación madre-hijo», indica el portal internacional.
No, comerse la placenta no es tan bueno como parece
Una investigación del medio The New York Times recogió la experiencia de una ginecoobstetra que indicó que la placenta suele estar colonizada por bacterias e incluso en muchos casos puede haber infecciones que llegan a ser del tipo patogénicas.
Más allá de la presunta función positiva para combatir la depresión, tratar la anemia o incluso aumentar los índices de hierro, no hay evidencia científica que demuestre que el consumo de la placenta es buena.
«Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos reportaron un caso de sepsis neonatal ligada a la ingesta o manipulación materna de placenta encapsulada que estaba contaminada con estreptococo del grupo B», anotaron en el medio internacional.
Con información de Mayo Clinic, MedLine Plus, CNN y TNYT
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