¿Eres mamá melindrosa? Así afectas la salud de tus hijos con tus hábitos
Los niños son un espejo de sus padres y esa, quizá, es una de las...

Los niños son un espejo de sus padres y esa, quizá, es una de las verdades más difíciles de aceptar. Si eres mamá melindrosa, así es como afectas la salud de tus hijos con tus hábitos.
Sin importar la jerarquía de cosas que quieres que tus hijos aprendan, nada está educándolos más que tu ejemplo, para bien o para mal. Los niños imitan, aunque de manera inconsciente, las conductas de papá, de mamá y de algunas otras figuras de autoridad.
Por eso es que sanar tus heridas es una poderosa guía y la mejor de las herencias para tus niños. No se trata solo de que les digas que pueden ser fuertes y valientes, están aprendiendo de ti en todo momento (de lo que haces y no solo de lo que dices).

Revisa primero tus costumbres | Foto: Pexels
Así afectas la salud de tus hijos con tus hábitos
Mucho se ha hablado acerca de la generación F, los nacidos del año 2000 en adelante. Se trata de niños flojos que no tocan ni un plato para lavarlo y, por duro que parezca, no es más que la consecuencia del estilo de crianza de sus padres.
Y el ejemplo de papá y mamá se hace evidente de muchas otras maneras durante el desarrollo del niño. Hay cada vez hay más evidencia de que los niños imitan el comportamiento alimentario de los padres, así que si quieres que tus hijos coman sin regaños ni amenazas, primero debes preguntarte cuál es tu relación con la comida.

Ayúdalos a relacionarse mejor con la comida | Foto: Pexels
Los pequeños imitan las costumbres positivas y negativas, durante sus primeros años de vida no disciernen y si papá lo hace debe ser lo correcto. Si sueles consolar a tu pequeño con comida, es probable que se convierta en un adulto que busque “gestionar” sus emociones precisamente comiendo.
A partir de los 3 o 4 meses, el niño empieza a ser consciente de su entorno, pero una mujer embarazada ya está enseñando a sus hijos a comer de una forma peculiar. Recordemos que lo que come la madre llega al bebé en forma de líquido amniótico.
Los padres deben comprometerse consigo mismos y una alimentación consciente antes de acercarse a sus niños e inculcarles hábitos enriquecedores. Ofrecerles alimentos variados, equilibrar su dieta y enseñarlos a identificar las señales del hambre y la saciedad son regalos de por vida.
Nada más poderoso que el ejemplo que les das a tus hijos.
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