La felicidad de tus hijos no es tu obligación, suelta esa pesada carga

Es probable que en el duro camino de la maternidad haya pasado por tu cabeza que la felicidad de tus hijos es tu responsabilidad y que tu papel dentro de su vida es muy importante, lo cual no es del todo correcto pues muchas veces nuestra presencia como padres repercute más en su presente que en su futuro, la forma en que te comunicas y te comportas con ellos es lo importante.

También tener una comunicación basada en el respeto y la confianza es básico, pues es la base para construir un autoestima sano e independencia emocional, para que en un futuro sepa identificar situaciones de riesgo e incluso puedan ser felices sin depender de la intervención de alguien más.

Muchas veces intentamos solucionar o buscar respuestas para entender las emociones de nuestros hijos y esto puede resultar muy agotador pues crees que es parte de tu trabajo como padre saber cómo actuar y buscar una forma de arreglar aquello que a tu hijo o hija le causa molestia, pena o frustración.

Más allá de intentar solucionarles la vida o de buscar a toda costa la felicidad de tus hijos, es importante entender que lo que sí es necesario es poder darles las herramientas para que ellos solos puedan hacerlo.

Tus pequeños deben ser felices por cuenta propia, y no es egoísmo

Recuerda que no eres responsable de sus sentimientos o su comportamiento, piensa más bien en que como padre eres completamente responsable de lo que dices, haces y de cómo te comportas antes alguna discusión, pues al llegar a ser poco respetuosa u ofensiva con ellos si podrán formar hijos tristes o inseguros.

Pero no confundamos las cosas pues si bien no eres responsable de la felicidad de tus hijos, no quiere decir que pensemos que seas inconsciente de sus necesidades.

Recuerda que les das hogar, alimento, apoyo, empatía, calidez y por supuesto amor; es completamente normal que al ser papás experimenten una inseguridad acerca de la forma de criar.

Algo que también pasa comúnmente es sentirte culpables de sus derrotas y sus logros los sientes como tuyo, si bien el hecho de ser madre nos hace tener una especie de simbiosis con los hijos; debemos darles su espacio y sus momentos muy independientes.

Todo para reconocer y aceptar esas situaciones; en caso de necesitar una solución lo puedan lograr solos y sobre todos no frustrarse de no poder controlar todo lo que les pasa o no les pasa.

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