No los limites: Un niño realmente feliz es el que juega, ríe y hace travesuras
Para un niño, ser realmente feliz no consiste en cuántos juguetes tiene o cuántas posesiones...

Para un niño, ser realmente feliz no consiste en cuántos juguetes tiene o cuántas posesiones materiales acumula, para los pequeños, la verdadera felicidad se encuentra en la unión familiar, el cobijo de los padres, los juegos y las risas e incluso las ocasionales travesuras. Deja a tus hijos ser a su manera, te darás cuenta de lo mucho que puedes aprender de ellos cuando les permites ser en su estado más puro y natural.
Seguramente en más de una ocasión te ha pasado que en una reunión ves a un niño sentado a la mesa, no juega con nada de lo que le rodea, se mantiene callado y pide todo casi en secreto a su madre; tal vez tu primer pensamiento es «qué niño tan bien portado«.
Volteas a ver a tu pequeño y te das cuenta que es todo un torbellino; lleno de energía, siempre con ganas de saltar, gritar, correr y tal vez, de vez en vez, es algo travieso. Lo único que te preguntas es «¿Por qué mi hijo es así?». No cometas ese error, porque para ser realmente feliz, tu retoño necesita ser él mismo.

Permite que tu hijo sea tan libra y feliz como desee | Fuente: @Pexels
Comparar a tu hijo con otros niños solo te hará cuestionarte al respecto de la forma en la que lo estás educando, y al final no es un juicio válido porque cada núcleo familiar es diferente el uno del otro; además, la felicidad es un valor subjetivo que significa algo diferente para cada persona.
Permite a tus hijos encontrar su felicidad en libertad, sin regaños
Lo primero que debes dejar claro en tu crianza es el hecho de que los niños por naturaleza son seres que poseen una gran energía, pero también demasiadas ganas de conocer el mundo y esto implica ser curiosos, construir, destruir, observar, saltar y correr para conocer lo nuevo que se presenta en su vida.

No se trata de permitirles todo, se trata de explicarles lo que es mejor | Fuente: @Pexels
Un niño realmente feliz es aquel al que lo dejan jugar en la tierra sin temor a que se ensucie, es el que puede saltar en los charcos sin que se encuentre con gritos de enojo o molestia, es una niña que puede correr por todos lados tirando las cosas a su paso porque desea experimentar con sus nuevas capacidades de movimiento.
La verdadera felicidad es la que pueden encontrar en pasar muchas horas jugando a la casita con los abuelos -incluso cuando esta es elaborada con cajas de cartón-, es esa que se encuentra bailando, cantando y hablando con los pequeños y que te permite conocerlos, pero también explotar su verdadero potencial.

Las travesuras también forman parte de su desarrollo | Fuente: @Pexels
Aunque con esto no queremos decir que debes permitirles hacer todo cuánto se imaginen, no. La idea de permitir a tus pequeños ser felices es que les dejes experimentar el mundo sin que existan tantas restricciones, regaños o castigos.
Si bien existen peligros, lo importante en estos escenarios es hablar con los niños, sin gritarles, para compartir con ellos por qué no es bueno que hagan tal o cual cosa, además de que es importante que expongas con fundamentos por qué deben comportarse o actuar de tal manera cuando estén descubriendo el mundo.
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