Aunque no lo creas, existe un santo patrono de la cerveza y no es el encargado de cuidarte cada vez que bebes en exceso. Hoy te contaremos la historia de San Arnulfo de Metz y cómo se convirtió en el santo de los cerveceros.
La historia de San Arnulfo de Metz comenzó en el año 582 cuando nació al norte de Francia; al cumplir 30 años se convirtió en obispo de la ciudad de Metz (Francia) y hoy se le conoce como el patrono de los cerveceros. Todo comenzó cuando el obispo advirtió a los habitantes de la ciudad el peligro de beber agua natural por las epidemias que atravesaba Europa en ese entonces, así fue como recomendó beber cerveza en lugar de agua contaminada.
En este tiempo era común lanzar basura y cadáveres a los ríos de los alrededores, esto provocaba la muerte de muchas persona y empeoró con la llegada de la peste. El obispo aadvirtió los beneficios de tomar cerveza en lugar de agua y colocó un crucifijo en un barril de cerveza, ya que en esa región era elaborada con facilidad por los aldeanos. Arnulfo predicaba en la iglesia que esta bebida podría salvar a la población de las enfermedades para que la mayoría de los católicos hicieran caso al anuncio.
¿Sabías que existe el santo patrono de la cevreza? Fuente: Facebook
¿Por qué es el santo patrono de la cerveza?
El obispó se retiró a un monasterio en el año 627 y ahí murió en el 640, sin embargo, casi un año después del suceso los habitantes de Metz pidieron que el cuerpo de Arnulfo fuera trasladado a la ciudad en la que predicó el consumo de cerveza.
La leyenda cuenta que durante el camino de traslado del cuerpo los habitantes tenían mucha sed y pararon a comprar un tarro de cerveza, sin embargo, tenían que compartir entre todos por la falta de recursos. Ellos pensaron que no les alcanzaría y el milagro de San Arnulfo de Metz hizo que cada uno alcanzara a tomar lo suficiente.
San Arnulfo de Metz es considerado el santo patrono de la cerveza por el milagro de convertir el tarro de cerveza una bebida interminable. Logró que alcanzará para todos los ciudadanos que trasladaban su cuerpo y les llenó de cerveza hasta la última gota, por esta razón decimos que es el santo patrono de la cerveza.
Ahora ya lo sabes, cada vez que pienses que se te va a acabar pronto la cerveza puedes pensar en San Arnulfo de Metz y pedirle que te dure para el resto de la reunión. Recuerda que te multiplicará la cerveza como nunca. ¡Salud!
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