Llega el fin de semana y con él ‘sed de la mala’, nada como destapar una cerveza bien fría y disfrutar. Hoy hablaremos de los mitos sobre esta popular bebida: la cerveza quemada, te contamos si en verdad es por el calor y cómo evitarlo.
Obtenida mediante fermentación de la cebada y aromatizada con lúpulo, ocupa el puesto número 2 en el ranking de las bebidas más consumidas en el mundo. Es, sin exagerar, el producto estrella de la economía mexicana.
Beber cerveza con moderación puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejorar la salud ósea y hasta aumentar los pechos (comprobado científicamente). Así que una vez al mes no hace daño.
La cerveza no se quema, es solo un mito | Foto: Pexels
Los mitos sobre la cerveza quemada
No se trata solo de beber por beber, sino de aprender a hacerlo para disfrutar de todas las bondades de la cerveza. Aquella costumbre de servirla en un tarro helado solo terminará por echar a perder tu experiencia haciendo que se forme mucha espuma y acabando con su carbonatación.
Y eso de que si la cerveza tibia se vuelve a enfriar puedes ‘quemarla’ no es más que un mito, la temperatura no influye en su estado. Incluso, las cervezas son pasteurizadas para detener el desarrollo de levadura y eso quiere decir que ya fueron sometidas a procesos térmicos extremos.
La luz solar sí influye en su sabor | Foto: Pexels
Durante su proceso de distribución y almacenamiento, la cerveza se enfría y se entibia varias veces sin que esto influya en su calidad. Siempre y cuando no se someta a un choque térmico o se exponga a exceso de luz amargando su gusto, puedes beberla sin alteraciones.
Asegúrate de mantener tu latita a salvo de la luz directa del Sol y degusta el sabor más puro de esta famosa bebida alcohólica que, por cierto, aumenta la líbido y te prepara para una inolvidable noche de pasión.
Te contamos la verdad alrededor de esta bebida y el supuesto daño que la temperatura le hace.
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