Las mujeres en tiempos recientes han tenido mayor oportunidad de elegir el tipo de maternidad que desean ejercer; por ejemplo, actualmente ser mamá soltera es ya una alternativa para esas mujeres valientes que desean tener hijos sin tener que lidiar con la presencia de un padre que podría ser irresponsable.
No obstante, a pesar de elegir este modelo de crianza muchas veces se exige que ellas no tengan la posibilidad de buscar su propio sueño o meta en la vida; incluso se les tacha de egoístas cuando buscan una posible pareja o se interesan en hacer cualquier otra clase de actividad que le resulte en un bienestar personal.
Aunque a la mamá soltera se le culpa por no haber antepuesto la felicidad de sus hijos antes de elegir un padre o de separarse del progenitor, la realidad es que solo ellas saben el verdadero motivo por el que optan permanecer solas para llevar a cabo la crianza de los pequeños que dependen de ella.
Una madre soltera sabe cómo enfrentarse a la realidad | Fuente: @Pexels
Sin embargo, esto no quiere decir que tengan que hacer enteramente lo que el canon marca, si lo creen necesario podrían volver a estudiar, terminar esa carrera, especializarse en alguna actividad, buscar fuentes de ingreso que las ayude a obtener aquello que por tanto tiempo han anhelado conseguir.
Una madre que cuida sola a sus hijos puede buscar su propio sueño
Pero las madres solteras también pueden elegir si en algún punto integran a la dinámica familiar a una persona más, ya se a una pareja e incluso a un marido; siempre y cuando este se adapte a las necesidades familiares más adecuadas para que ella y sus hijos se sientan acompañados.
Lamentablemente, la misma sociedad se encarga de excluir a las mamás solteras; los trabajos son poco flexibles, los vecinos suelen criticar cuando notan que no está acompañada de un hombre -como si su valor como mujer disminuyera solo por ser una persona valiente que decidió sacar adelante a su familia-.
Una mamá soltera puede tomar las decisiones que más le convengan | Fuente: @Pexels
A pesar de que muchos estudios se han encargado de hacer evidente que los niños que crecen sin padre presentan numerosos problemas psicológicos; la realidad es que quizá tal vez sea peor que estos se encuentren en un núcleo familiar con un padre bebedor, golpeador, infiel, machista o vividor.
Es momento de buscar la reivindicación de las madres que se encargan solas de los hijos y los sacan adelante pese a todo; pero también es momento de que se retire ese incómodo estigma que asegura que al haber elegido la soltería en algún punto no podrán volver a conseguir una pareja, ir en pos de sus sueños o dedicarse a algo más que sea la maternidad.
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