Deja de morderte las uñas, la técnica para sustituir este hábito nervioso
Los expertos señalaron que estos hábitos tienen conductas repetitivas que se centran en su cuerpo
¿Sueles morderte las uñas, pellizcarte la piel, arrancarte el cabello o morderte los labios y mejillas? Aunque no lo creas estos hábitos tienen una razón de ser y se trata de comportamientos repetitivos centrados en el cuerpo como una fuente de angustia. Así lo llaman los expertos y según sus siglas en inglés se pueden identificar como BFRB.
A pesar de que se escucha muy complicado, la realidad es que los expertos encontraron una forma de alivio para esta clase de hábitos, los cuales se encuentran presentes en un pequeño número, pero significativo de personas. Esto puede llegar a niveles un poco peligrosos, pues puede ser visibles en la piel de la siguiente forma:
- Parches de calvicie.
- Cicatrices.
- Llagas.
- Lesiones.
- Afectación en la salud mental.
- Pueden llegar a ser mortales.
Todo esto ha sido señalado por el jefe de Neurología Clínica en el Departamento de Psiquiatría y Psicoterapia en el Centro Universitario Hamburg-Eppendorf en Alemania, Steffen Moritz. Si sueles morderte las uñas, estas presentando un hábito repetitivo debido a problemas coexistentes, pues se avengüenzan de su comportamiento.
Imagen: Getty Images
«Evitan la intimidad, sobre todo en la tricotilomanía (arrancarse el vello corporal) o en pellizcarse la piel, y evitan quitarse la ropa delante de su pareja, por ejemplo», Moritz.
¿Cómo puedes dejar de morderte las uñas?
De acuerdo con los expertos, puedes dejar de morderte las uñas o de evitar este tipo de comportamiento puedes acudir a una terapia cognitivo-conductual, la cual debe ser guiada por un terapeuta experto. Sin embargo, Moritz afirma que hay una técnica de autoayuda para dejar de hacerlo, esto fue compartido en la revista médica JAMA Dermatology el pasado 19 de julio de 2023.
Moritz también se comía las uñas, por lo que entiende el concepto sobre como se sienten estos BFRB, es decir, el sentimiento de alivio e incluso placer. Es por ello que le surgió la idea de aprovechar el hábito repetitivo y autocalmante pero SIN que sea peligroso para nostros mismos.
Para ello, Moritz y sus colegas pensaron en acariciar suavemente la piel de diferente manera como alivio de estos hábitos destructivos, como haciendo círculos con los dedos índice y medio, golpeando los dedos índice y medio contra el pulgar, cruzando los brazos y acariciando los antebrazos, haciendo círculos con las yemas de los dedos sobre la palma de la mano, entre otros.
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